Por El Saltapatrás
Una vez cerradas las precampañas en el Edomex, se avecina una contienda no apta para cardiacos. Sobre todo para el priismo mexiquense. Pues conocido es que por casi un siglo, a esa clase política surgida desde el año del caldo le dio por engolosinarse tanto con el poder, que los llevó a crear un club «secreto» identificado como El Grupo Atlacomulco.
Una pandilla de rufianes fieles a los idealismos del privilegio, la impunidad y el férreo control de una política dominante. El Estado de México es la entidad donde estos másters de la maña y la patraña, han hecho gala de saber dirigir la orquesta. De ahí que se les conozca como el Grupo Atracomulco o Atracomucho. ¡Cual sea, no hay pierde! Puede uno emplear cualquiera de las dos opciones y hasta ahora no parece que el apelativo les quite el sueño a estos especialistas del fraude electoral. No así con el amenazante avance que ha mostrado Morena en los últimos años. Pero vámonos por partes.
Una vez expuesto el dato histórico, no está por demás recordar que en las pasadas elecciones para la gubernatura de ese estado, las de 2017, con una «ayudadita» del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), pese a cualquier pronóstico, resultó vencedor sobre la Mtra. Delfina Gómez (que se lo llevaba de calle), un discípulo del ya mencionado todopoderoso grupo, Alfredo del Mazo (primo del enamorado Peña Nieto, el que una vez convertido en expresidente, ha dedicado el tiempo, junto a su gorda billetera, a pasearse por Europa, hasta hace poco, con una güera que no es «La Gaviota»).
Al parecer, y por lo visto, ya una vez asumido el cargo de gobernador, A. del Mazo fue encomendado a ejercer una gestión de bajo perfil político: «tú no armes teatros ni hagas panchos». Pues ni por error, ha propiciado diferencias ni disputas con el gobierno federal; y contrario a ello, sí que ha procurado manejarse con la mustia cautela del «calladito te ves más bonito». Y así, mantener a la entidad y al padrón más poblado del país (el del Edomex), con la viva esperanza de un 2023 y 2024 para el PRI: gubernatura y presidencia. ¡Ay!, como en los viejos tiempos…
Sin embargo, el selecto club de Atracomulco, ha tenido que optar por reinventarse con tal de conservar su dictadura mexiquense, y lejos de lanzar al duelo a un candidato de los suyos, de sus herederos priistas más íntimos, se ha visto en la necesidad de jugársela con una mujer. Y para mayor de sus pesares, en alianza (PAN-PRI-PRD-Panal). De este modo, Alejandra del Moral se ha convertido en la opción del conservadurismo más especializado en materia del fraude electoral, con quienes la Mtra. Delfina Gómez se volverá a ver las caras en los comicios de 2023 como candidata de Morena-PVEM-PT.
La moneda está en el aire, y será a partir del 2 de abril que formalmente comience el show de las campañas para la gubernatura en el Estado de México. Y la Mtra. Delfina, pese a haber dejado un mal sabor de boca en el gremio magisterial durante su paso como titular de la SEP, con más optimismo que con colmillo retorcido, intentará, con ayuda de la región oriente y el municipio de Texcoco, derrocar del estado a quienes se lo arrebataron en las pasadas elecciones para la gubernatura de esa entidad. Con el gobierno federal en manos de Morena, el duelo, se antoja más parejo que en los comicios anteriores, pues aunque el priismo mexiquense se encuentra noqueado y tambaleado, los morenistas y sus aliados no parecen querer dejar pasar la oportunidad de herirlo de muerte, y dedicarles, ¡por qué no!, su calaverita literaria pa´ noviembre. Pero habrá que ver para creer, porque el PRI siempre ha sido un hueso duro de roer.