Por Melchor López
“Mire, con todo respeto, antes de aceptar una reunión con usted, queremos que nos escuché, aquí, en público”, la situación estaba candente frente al plantón de mujeres mazatecas, que luchan por la liberación de sus presos políticos acusados de delitos fabricados. La avenida Insurgentes sur era el escenario. Las demandantes tenían ante sí al funcionario, de pie, escuchando un manifiesto con el tráfico detenido frente al Consejo de la Judicatura Federal (CJF).
“Si usted, como dice, va terminar atendiéndonos y tiene la capacidad de incidir para las liberaciones de nuestro presos políticos, pues aceptamos”, le espetó Argelia Betanzos Zepeda, una de las mujeres mazatecas, que llegaron a la Ciudad de México desde Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca. Desde el 26 de mayo de 2021 están en el plantón frente al CJF. Y en la segunda semana hicieron la toma de la avenida Insurgentes. Eran 25 mujeres, se tiraron en los carriles centrales.
“Cuando venimos éramos tres mujeres mazatecas las que llegamos al plantón. Ese día—narra Argelia Betanzos en entrevista para Machetearte— me vine decidida hacer una huelga de hambre, sin una idea de cómo hacerla. Duré dos meses. Así, ya posicionadas, elaboramos los primeros letreros de aviso de huelga y de exigencia de libertad de los presos políticos. Así fue el inicio: nuestro objetivo era no irnos hasta arrancar las libertades”.
Las luchadoras sociales tienen inspiración de los Flores Magón, líderes de históricos movimientos sociales en México, “eso es una sombra que nos fue regalada para que de alguna manera permee nuestra vida. En Eloxochitlán nació Ricardo Flores Magón”, recuerda Betanzos.
Ellas están aquí (14 de noviembre de 2021) en el CJF, porque en mayo de 2021 tramitaban amparos federales para todos los presos políticos. Pero el tribunal de Oaxaca negó todas las apelaciones. Explica Betanzos: “Fue sorprendente porque ya se había ganado por una lucha intensa a nivel popular. El tribunal de Oaxaca local debió haber liberado a todos en 2020 pero no lo hizo, sino que los volvió, los dejó en prisión. Y por eso es que ahora nos opusimos a través de amparos federales.
Frente a los edificios de la CJF, Argelia Betanzos explica: “logramos que, después de tres comisiones, la cuarta fue con el mero comisionado del edificio; en las reuniones él, por reglamento, tiene la facultad de representar al ministro Zaldívar (Arturo Zaldívar, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y actual presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, por tanto, presidente del CJF)”.
Cuando el representante bajó solo dijo: “No te podemos conceder la reunión con el ministro porque, por la pandemia, los protocolos impiden que puedan celebrarse reuniones con el ministro. Estaríamos rompiendo el protocolo”.
—Pues hay que romperlo, maestro, porque sus jueces federales, y también los de Oaxaca, han roto todos los protocolos durante estos años. Los han desobedecido de tal manera que realmente uno se entristece y uno no sabe qué pensar con qué facilidad rompen las leyes. Así que hagamos lo mismo: hay que romper el protocolo y pidan asesoría médica.
El secretario general de Zaldívar, seguía de pie escuchando a mitad de la avenida Insurgentes. “Hay un conflicto de interés. Además la inocencia está demostrada. Aparte de los ocho amparos hay 20 libertades ganadas contra los mismos cargos (los presos políticos son acusados del asesinato de Manuel Zepeda Lagunas, hijo del expresidente municipal Manuel Zepeda Cortés y tentativa de homicidio en contra de la diputada local Elisa Zepeda Lagunas) Entonces de ¿dónde sacan mantenerlos en prisión? Es inadmisible”.
Y al final, narra Argelia Betanzos: “allí mismo le contamos de las contradicciones que tiene el caso: lleno de irregulares e inconsistencias. Cuando estaba escuchando sonó su celular. Contestó y, después, de repente nos dijo: ‘Mira Argelia, tengo una instrucción de ofrecerles una reunión y traer a la gente acá; vamos a traer la gente del gobernador, del tribunal y de la fiscalía. Nosotras aceptamos. Sacó la fecha de la cita, al tercer día: 8 de junio. Ese día vino el jurídico, el abogado de Alejandro Murat; vino al particular del presidente del tribunal de Oaxaca, y el fiscal de Oaxaca.
“y se pudo haber generado las libertades. Pero, 3 días después de esa reunión, se iban a celebrar las elecciones para diputados en Oaxaca y en todo el país; y de inmediato notamos una disposición incompleta, inexistente porque más bien estaban sujetos a ese evento”.
Hasta la fecha, 40 familias mazatecas de Eloxochitlán de Flores Magón han sido objeto de encarcelamiento injusto y desplazamiento forzado a partir de delitos fabricados. De ellas, 7 personas continúan presas; a 7 años de lucha por la libertad, 20 resoluciones declaran la inocencia de todos los acusados. En diciembre de 2018 los presos obtuvieron el reconocimiento del Senado como personas injustamente presas y presos políticos. La exigencia es a las autoridades federales y oaxaqueñas, judiciales y administrativas que impulsen las vías jurídicas y políticas procedentes y existentes para liberar de manera inmediata a los 7 presos mazatecos: Herminio Monfil Avendaño, Jaime Betanzos Fuentes, Fernando Gavito Martínez, Alfredo Bolaños Pacheco, Isaías Gallardo Álvarez, Omar Hugo Morales Álvarez y Francisco Durán Ortiz.