Por Patrocinio Navarro Valero
Fuentes: https://kaosenlared.net
¿Qué es real? La pregunta es amplia y deberá ser contestada desde diferentes ángulos, pero en el social y político adquiere una respuesta cuando vemos crecer los bulos sin apenas resistencias. ¿Por qué crece la mentira y por qué no hay resistencias? Desinformación, mentiras y falta de autoanálisis sobre la calidad ética o espiritual de nuestro modo de pensar, sentir y actuar con nuestros semejantes, la Naturaleza y el mundo animal forman una telaraña de energía negativa y un clima mental colectivo tan envolvente como asfixiante. Por eso no hay resistencia al mal y tendencia a la insolidaridad, a la falta de empatía, a la violencia y al individualismo. Eso nos divide y nos hace débiles frente a males como los bulos, los dogmas, los fanatismos, el autoritarismo, la explotación y muchas cosas más, lo que es extremadamente peligroso para la razón, la conciencia y nuestro bienestar social, ya que la idea del bien común es sustituida fácilmente por la del bien de un sí mismo tan individualista como excluyente.
En terrenos psicológicos y sociales debilitados crecen y se expanden fácilmente toda clase de bulos y peligrosas inclinaciones a aceptar la ley del más fuerte.
Como el más fuerte riega esos terrenos con bulos, si alguien se deja llevar por ellos termina por no distinguir la diferencia entre verdad y mentira, y al final los fuertes, que en nuestro mundo son los que tienen más oro, más medios de comunicación y más armas, consiguen lo que pretenden: corromper la verdad, y corromper las conciencias, creando escépticos hacia la verdad objetiva y haciendo sospechosos o delictivos toda clase de valores convivenciales como justicia, honestidad personal y pública o valores espirituales y de conciencia, poniendo en su lugar toneladas de noticias falsas, odio, acusaciones y denuncias judiciales sin fundamento contra quienes pudieran defender aquellos valores.
Cuando una nación o un conjunto de naciones es presa de los bulos puede terminar en fáciles dictaduras negacionistas en todo: desde el clima a los derechos humanos, y ahí vamos; porque la realidad y la conciencia de las masas manipuladas por los poderes oscuros y sus representantes públicos llega hoy hasta extremos nunca vistos, donde el capitalismo salvaje, capitaneado como siempre por los EEUU y su deriva política neofascista se extiende por el mundo como un cáncer con tantas metástasis como pueblos controla. Y como el cáncer mundial tecnofascista es hoy el dominante en todo el Planeta, se hace preciso a los pueblos crear anticuerpos fuertemente arraigados que partan de la conciencia personal, se extiendan hacia la ciudadanía del país de origen y se propaguen por el resto hasta formar una extensa red proactiva de oposición mundial. “Eso está muy bien, dirán algunos”, pero ¿ con qué nutrir esa energía mientras la ola contraria apuesta por anular los valores personales y la voluntad de cada uno? No es posible que haya mejor punto de partida para impedir el cáncer social, económico y destructivo de personas, animales y la naturaleza toda- en pleno apocalipsis- que utilizar las herramientas de la conciencia y el conocimiento y aplicarlas juntas al vuelco total de este mundo que literalmente hemos convertido en un estercolero lleno de seres vivos que sufren, nosotros incluidos.
Es urgente como nunca despertar la conciencia ética, asumir valores espirituales de paz, armonía, y ayuda mutua desde el amor altruista, desde el respeto a la verdad y a la propia condición espiritual. Estas serian buenas herramientas para aumentar nuestra voluntad de poder personal y nuestra capacidad de bucear en el interior de sí mismos en busca de lo que es objetivo, real e impersonal para evitar el engaño y la manipulación del ego que nos oculta nuestra verdad y se adueña de nuestra voluntad haciéndonos propensos a aceptar la voluntad de otros egos más fuertes.
Las gentes suelen quejarse y criticar, por ejemplo, a los políticos a los que sin embargo andan sometidas a sus egos, encadenados a los de aquellos aunque sea arrastrando los pies dentro de esa cadena que maneja el 1 por ciento rico hasta llegar a las urnas. Como se sienten atados, les piden libertad a los que eligen en ellas en vez de pensar que ellos mismos son los portadores de su propia libertad y libres en verdad. Pero las masas son cómodas, mayormente pasivas y fácilmente sumisas a bases de bulos, supersticiones, tradiciones, cárceles y palos según la ocasión. Todo eso abre paso a la ultraderecha, a sus políticos, a sus ideólogos… y a sus curas de todo pelaje y jerarquía.
Pensar críticamente en lo que dicen quienes salen en las pantallas como diosecillos petulantes es solo el principio. Ellos no tienen nada propio, ni nuevo ni bueno que decir, pero no paran de darnos discursos en busca del voto y la popularidad para someter nuestra voluntad a la suya. Y ¿con qué objeto? con el de controlar nuestro modo de pensar, de manipular nuestras emociones con técnicas de psicología social, y convertirnos así en sujetos sumisos y manejables para satisfacerles sin protestar Y por este camino les será fácil lograrlo si no encuentran oposición. Nosotros, que lo sabemos, debemos ser parte de esa oposición, precisamente por eso: porque lo sabemos.