Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Cuando Acapulco no esperaba a Otis y John, uno tras otro, el infeliz de Félix Salgado Macedonio, lo tenía asoleado y asolado con sus desmadres de alto pedo bien moto y violador de la Ley como de alguna otra mujer, teniendo que salir Obrador en su defensa, y no regresar a Acapulco por miedo que le desgarraran la investidura presidencial, haciéndolo Claudia, la presidenta con la linda Evelyn cogobernadora en Guerrero con el feliz de su padre-padrote Salgado, el Acapulco de Tin Tan, Lara y la María Félix con el alemanismo del jet set gringo hollywoodesco y tarzanesco, es un desastre natural y social después de las tormentas de viento y agua, lodo, sangre y mierda desde la economía mixta estatista, el neoliberalismo foxista al pos(t)neoliberalismo obradorista.
Tiempos aquellos, Mi Chita.
Tiempos estos con la Prosperidad Compartida.
Del asalto empírico al salto científico con la hegemonía del poder, a todo modo, de la presidenta con morena y la seguridad blindada por el Ejército y agujerada por el Narcosicariato, el pasado sexenio reciente con el presente sexenio recibiente, son la cercanía de la continuidad y la lejanía de la discontinuidad por los mismos medios y los diferentes fines desde una base militar.
El primer viaje asistencial presidencial de la Presidenta, después de los 100 puntos con los 100 días, durante lo que será una prueba para afianzar y avanzar sobre lo que se abandonó con el Presidente en el pasado reciente al presente recibiente, la prosperidad compartida tendrá que echar mano de la austeridad republicana con la ayuda de Bienestar Social y la mano militar, preguntándole un hombre del pueblo acapulqueño a la presidenta al pasar en la camionetota negra, asomada por la ventana:
¿Qué se siente estar en Acapulco, Presidenta?
El punto 100, ¿es el último o es el primero de la avanzada?