Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
En el país de las sombras espectrales que se ubica en el mundo de las sombras espectrales, la seguridad de lo inevitable, es gubernamentalmente sistemática y narcosicariamente sistémica, armada y drogada, a disposición del Estado-Obrador, el Ejército y la Guardia Nacional para construir y administrar doblemente la gracia militar y la desgracia ciudadana, porque el soldado es el pueblo uniformado, saliéndole el tiro por la culata a los vivos, los muertos y los desaparecidos, en tanto, a los muchachos de Ayotzinapa, no le quieren seguir buscando las cenizas en los hornos crematorios del Gral. Cienfuegos, pasándole la tiznada el Presidente a la Presidenta.