Por Rómulo Pardo Silva, para APIAvirtual
Desde fines del siglo 15 occidentales se lanzaron a la conquista de todo el planeta. La dominación que impusieron está amenazada por la construcción de una nueva estructura internacional.
Los occidentales luchan por prolongar su hegemonía. Ultraderechistas fascistas,socialcristianos, socialdemócratas,ecologistas verdes, laboristas se unen con sus diferencias para no perder el flujo de bienes hacia sus cúpulas y habitantes.
No recurren a la guerra militar directa solo porque sería nuclear y podrían desaparecer o involucionar a un estado humano del pasado.
Rusia, China y otros países impulsan la formación de una relación global distinta.
La fuerza que la impulsa es un sector empresarial del sur que busca asegurar su gobernanza local, aumentar su riqueza, disponer de algún grado de independencia en la ciencia y tecnología monopolizada por los socios occidentales.
En China el motor es el partido comunista.
Este proceso activo de ruptura en la práctica se ignora.
Como en todo cambio de civilización el modelo de multilateralismo conservaría rasgos del que quiere reemplazar.
Seguiría siendo de capitalistas y trabajadores.
Perseguiría el productivismo y consumismo.
Sería insostenible en el tiempo agotando recursos naturales finitos.
No perseguiría la justicia ni la solidaridad.
Quizás haría suya la planificación china para los proyectos privados.
Miles de millones en África, Asia, América Latina dirigidos por élites y políticos del sistema empiezan a dar pasos a un cambio en la redistribución que significa más a los del sur ymenos a los occidentales.
La información de los medios patronales sin considerar como fondo el agrietamiento de esta civilización es una maraña distractora.