Por Alberto Híjar/Colectivo Híjar
Fuentes: https://desinformemonos.org
Impactado por la confesión de Flaubert al decir “Madame Bovary soy yo”, Jean Paul Sartre decidió narrar la vida del escritor desde su niñez, juventud y madurez con la influencia maternal religiosa escolar en el ascenso de la burguesía como una clase social poderosa por su gran creatividad de sentimientos, sensaciones, modos de ser y estar constructores del capitalismo en conflicto con la moral feudal. No le alcanzó la vida para escribir sobre esta sentimentalidad amorosa inspirada por Flaubert por lo que la dejó en herencia para quien quiera seguirla.
Semejante importancia tiene la vida de Julián Sorel narrada por Stendhal en dos voluminosos tomos con elocuente título: Rojo y negro, la alternativa suprema en la acumulación originaria del capital para un joven que renuncia al sacerdocio en el campo para arriesgarse a vivir en la gran ciudad donde accede como preceptor para topar con la seducción de una señorona que cambia su proyecto de vida.
Historias totalizadoras las de Madame Bovary y Julián Sorel. Con esta misma índole resuena la muy famosa historia de Pedro Páramo como inspiración para historias semejantes como la del mambí y toda la obra del antropólogo y excelente escritor Fernando Ortíz para revolucionar desde Cuba a las ciencias sociales con narraciones como Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar con todas las consecuencias dialécticas anticoloniales.
La historia de esta literatura empieza en México con El periquillo sarniento como movimiento cultural de construcción del Estado-nación independiente. Picaresca, llaman los historiadores de la literatura a la vida y milagros de los pobres en lucha por la supervivencia para lo cual se valen de recursos de convencimiento de todo tipo incluyendo los rechazados por la moral burguesa.
Bola de sebo de Maupassant da a entender la doble moral burguesa y el abuso de la protección de los ricos huyendo de la Comuna de París y condicionando su regreso a la entrega sexual de la vulgar mujer pretendida por el jefe militar del que depende la carroza para el viaje de regreso. La mujer deseada se deja usar para el bien de todas que pese a todo no le perdonan su vulgaridad.
Los hijos de Sánchez del gringo Oscar Lewis con ayudantes que luego arraigaron en México como la danzarina y escritora Anadel Lynton, narraron la vida precaria en el barrio de Tepito con asombroso éxito editorial. Siguieron con Pedro Martínez que pasó desapercibido cuando una vez mas la antropología indigenoide y nacionalista fue conmovida por la crudeza narrativa de la vida en las vecindades enormes con una complejidad vital amenazada por el miedo a la muerte por asalto, a la cárcel por complicidad, al robo por necesidad.
De todo esto nació y creció la antropología calificada de social por los jóvenes transformadores de la Escuela Nacional de Antropología e Historia formados por el Movimiento del 68 y sus fundamentos críticos antiimperialistas, anticoloniales contra el indigenismo paternalista del Estado y la reducción de las ciencias sociales a problemas de la semiótica. Influidos por el Tercer Cine y su película emblemática La hora de los hornos en referencia al tiempo donde arderá todo según José Martí, el movimiento nacido y crecido en el Cono Sur dio lugar a la antología Hacia un tercer cine realizada y prologada por Alberto Híjar a la par de la proliferación de cineclubes con películas contestatarias por organizaciones culturales con la destacada revista Octubre y el grupo insertado en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos para su reproducción y difusión. A la par, la Revolución Cubana dio lugar al Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas para producir y difundir hasta en la Sierra del Escambray, lugar de la “lucha contra bandidos” narrada en una película emblemática para los formados en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños. La crítica a la burocracia y a los conflictos con la moral burguesa y la religiosidad, dieron lugar a películas de importancia internacionalista como La muerte de un burócrata y Plaff, el huevazo que le estalla enfrente a quien elude su responsabilidad social en los enredos de la problemática vida cotidiana con sus problemas de vivienda, trabajo, alimentación y relaciones amorosas.
Antes del 68 en Tlalpan, primero en casa de Victoria Novelo y Ricardo Loewe y luego en la de Híjar, trabajamos las obras de Arnold Hauser: su Historia social de la literatura y el arte en dos tomos, desde las cavernas pintadas hasta la cinematografía como totalización histórica. Lo bello ausente en la concreción histórica y social. Siguió su discusión teórica en la Introducción a la historia del arte con la crítica al psicologismo, al sociologismo y al llamado arte popular. La estética dejaba de ser reflexión sobre lo bello y sus formas que proclamara Worringer con todo y su valiosa critica al expresionismo.
Bien cayo la traducción de Arnold Belkin al Expresionismo abstracto, arma de la guerra fría de Eva y James Cockcroft con quienes trabé amistad fructífera. La Escuela Mexicana de Pintura en cuestión, resultaba de una miseria teórica exigida de critica para superar los nacionalismos doctrinarios y la arbitrariedad de elegir una obra como clave, tal como hace Justino Fernández en su tesis de doctorado Coatlicoe proclamando “deseo convertir mis gustos en principios”. Factotum del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, elige una obra para historiar cada uno de los momentos del arte mexicano. Ellos son: Coatlicoe, el Altar de los reyes y el Prometeo de Orozco en Guadalajara. El Curso Vivo de Arte nació y creció con el Grupo Polignós para superar la arbitrariedad estética y organizar conferencias, coloquios y visitas guiadas que llegarían primero a Guatemala y luego a Brasil, Los Andes, Europa Central, la Unión Soviética, las islas griegas y China. Los saberes reunidos nombrados Polignós por el arquitecto Salvador Pinoncelly, el arquitecto y filósofo Ramón Vargas, el psicólogo y pintor José de Jesús Fonseca, Alberto Híjar y el añadido infiel de Oscar Olea diletante, significa una crítica a la crítica y a la historia del arte publicada como libro con el título de Palabras sobre arte posteriormente elogiado por Teresa del Conde y Enrique X. de Anda.
La crítica de los juicios de gusto encontró al empirismo de David Hume y condujo a su límite al plantear la arbitrariedad del gusto en relación con la historia donde cada acción relevante es irrepetible a diferencia de la naturaleza donde todo está sujeto a situaciones concretas que se repiten en el tiempo para dar lugar a las ciencias. Había que resolver la singularidad estética en la crítica irreductible a los modelos científicos.
Georg Lukács creció en importancia no solo por su corte con los idealismos, sino sobre todo con el realismo socialista y el expresionismo como tendencia suprema del arte en el capitalismo. Ausente el campo no europeo y las artes no literarias, hubo que remitir la critica a América asumiendo el problema clave planteado por Lukács en Historia y conciencia de clase, o sea, la construcción del sujeto de la historia en y con la dialéctica económico política. Herbert Marcuse destaca “la dimensión estetica” como necesidad del sujeto productivo en las relaciones capitalistas. Eros y civilización sintetiza en su título el uso de Freud para dar sentido a la dialéctica histórica.
Todo mientras crecía en México la estética de Sánchez Vázquez y su crítica a la enajenación. Ni lo bello como ideal abstracto ni el arte como excepción práctica frente a las determinaciones históricas y sociales, como praxis. El encuentro con “la filosofía como lucha de clases en la teoría” planteada por Althusser y la microfísica del poder estudiada por Foucault como construcción de los sujetos en instituciones distintas al Estado como las iglesias, las familias, los planes y programas educativos, los clubes, las relaciones sentimentales y sensoriales como constructoras de las ideologías, todo lo cual fue sintetizado por Rafael Sebastián Guillén el joven con la carga humorística que lo caracteriza al plantear como objetos de estudio a los Gansitos Marinela e inventar una cita de Marx. Ideologia y aparatos ideológicos de Estado, breve ensayo considerado provisional por Althusser hasta que escribiera el tratado sobre ideología que nunca hizo, fue ampliamente difundido por los althusserianos estudiantes de la Facultad de Filosofía de la UNAM y sus publicaciones, conferencias y cursos en la serie Cuadernos Filosóficos con la guía del doctorado en Francia Cesareo Morales y por Alberto Híjar, empeñado en organizar colectivos como el Taller de Arte e Ideología, para concretar proyectos autogestivos triunfantes en la construccion del Autogobierno en la Escuela Nacional de Arquitectura y la carrera de Antropologia Social en la Escuela Nacional de Antropologia e Historia. La influencia de teóricos cubanos como los historiadores de la arquitectura Roberto Segre y Fernando Salinas, las revistas Pensamiento crítico y Cine cubano, contribuyeron a alimentar investigaciones tan importantes como la del arquitecto del Instituto Politécnico Nacional, Rafael López Rangel, al abrir el campo de la crítica de la arquitectura y el urbanismo calificados de “internacionales” a la resistencia en el Cono Sur, Colombia, Brasil y Uruguay en especial, para sumarse a los trabajos del Curso Vivo de Arte que publicó su primer libro al respecto.
Ni “marxismo tosco” reconocido por Marx en la Introducción a la Contribución a la crítica de la economía política a la par de la aportación de Engels, ni reducciones dogmáticas del realismo socialista, sino Galvano Della Volpe y el encuentro con la semiótica como critica del lenguaje cinematográfico centrado en el concepto de verosimilitud. Contribuye a la crítica de la estética idealista a cambio de la fundamentada en el materialismo dialectico, la valiosísima antología de dos tomos de Estética y marxismo del gran maestro Sanchez Vázquez. Respondí a su consulta sobre un texto mexicano con uno de Siqueiros que quedó incluido. La Introduccion a la estética del Maestro llegado con el exilio español, educó a los iniciadores del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM como bachillerato en acción por los profesores formados por el Movimiento del 68 que también construyeron el Colegio de Bachilleres de la Secretaria de Educación Pública.
Una poética colectiva y revolucionaria creció como Colectivo Híjar a partir de reuniones, carteles de la gráfica cubana y mexicana, los cantos y las danzas del Cono Sur y la Revolución Popular Sandinista, el gran movimiento cultural del Frente Popular en Chile. Con el antecedente reconocido de cantores como Atahualpa Yupanqui crecieron los grupos chilenos con giras constantes como Illapu, Quilapayún, Inti Illimani y los jóvenes Olimareños, el artista y teórico total Víctor Jara asesinado por el ejército chileno. En México Los Folkloristas adoptaron ponchos, charangos, bombo y quena y por décadas brillaron en los escenarios del mundo con todo y el repudio de la izquierda radical. Alfredo Zitarrosa significa un ejemplo de canto total con critica cultural convincente no solo en Uruguay, su país. Inolvidable resulta la presentación de Quilapayún en el enorme auditorio nacional con mantas del Taller de Gráfica Monumental de la UAM Xochimilco con la organización del Grupo Germinal, formado por los más jóvenes egresados de La Esmeralda para incorporarse al Frente Mexicano de Trabajadores de la Cultura que alcanzó el internacionalismo con el apoyo a la Revolución Cubana y sobre todo a la Revolución Popular Sandinista. Una promotora cultural ejemplar poseedora de una poética gráfica y una gran capacidad de discreta y efectiva influencia, Rini Templeton, fue y vino de los chicanos a los movimientos comunitarios y revolucionarios de América, contribuyendo poderosamente a los movimientos revolucionarios populares.
Asociados a la lucha armada, los grupos salvadoreños Yolocamba I Ta y los nicaragüenses Carlos Mejía Godoy y los de Palacaguina y el Grupo Pancasán, cantaron las luchas populares con resultados revolucionarios profundos ante comunidades analfabetas formadas por el canto y las representaciones teatrales inspiradas por grupos como Sol del Rio 32 con el numeral del año de la masacre de comunistas en El Salvador. El Galpón existe aún en Montevideo y Contigo América mantiene vivo su local en México.
Una poética haciendo historia con el habla popular y su amor festivo concretan la obra de Roque Dalton con títulos como Pobrecito poeta que era yo y la entrevista al dirigente comunista Miguel Mármol en la Praga que fuera centro de las conspiraciones comunistas del siglo XX, hasta hacer del proyecto de reportaje un libro testimonial del campesino analfabeta que terminó siendo Secretario General del Partido Comunista. Las memorias de un panadero de origen, Salvador Cayetano Carpio, Nuestras montañas son las masas y otros escritos, construyeron el Partido Comunista y la dirección más importante como proyecto revolucionario centroamericano. Las Fuerzas Populares de Liberación resultaron un ejemplo por su autonomía radical y con los Tupamaros uruguayos, los Montoneros y el ERP argentinos, los revolucionarios brasileños, colombianos, bolivianos, conosureños y centroamericanos precursores, significan un momento de organización revolucionaria malamente interrumpido por el asesinato de la segunda responsable de las FPL, la profesora Mélida Anaya Montes, Comandante Ana María, asesinada en Managua donde el legendario Comandante Marcial decidió quitarse la vida dejando un escrito analítico de denuncia contra los ¨hermanos mayores” que no querían más revoluciones como condición para la sobrevivencia del sandinismo.
Regiones apartadas como la Costa Atlántica de Nicaragua fueron incorporadas al proceso revolucionario venciendo las serias dificultades de la tradición colonialista que hace extraña a la lengua española entre los pueblos miskitos y ramas. La reflexión de este universo histórico tiene en historiadores como Gregorio Selser y su hija Irene, el ejemplo de escritores en activo con las organizaciones revolucionarias a la par de pintores, muralistas y gráficos como los mexicanos del Taller de Gráfica Popular, el Taller de Gráfica Monumental y otros impulsados por el Frente Mexicano de Trabajadores de la Cultura.
En el acto de terminación de su primera campaña en Nicaragua, en enero de 1980, fue anunciada la fundación del Frente Sandinista de Trabajadores de la Cultura al que de inmediato quiso sumarse el dirigente Sergio Ramírez. Un grupo de poetas reaccionarios encabezados por Rosario Murillo se apropió de los suplementos culturales para impedir el internacionalismo revolucionario como principio de la nueva dictadura encabezada con el traidor Daniel Ortega. Crecieron los testimonios, las memorias y las películas de estas historias promovidas por el Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas (ICAIC), la filmoteca de Uruguay, el movimiento del Tercer Cine de Argentina, el Cine de la Base de Jorge Sanjinés en Bolivia, los trabajos en Colombia, las reuniones convocadas por el Departamento de Cine de la UNAM con la proliferación de cineclubes. La radiofonía alcanzó excelencia de cultura popular con programas como El Tren de las seis transmitido por radio Sandino a partir de las 7:00 porque “siempre llegaba tarde”. El animador Chumo Blandón acompañaba a todos los oyentes con rumbo a sus trabajos para mantenerlos al día del proceso revolucionario. Fueron años de esplendor en México con Radio Educación, Radio Universidad y las radios locales de Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Tabasco, San Luis Potosí, Chihuahua, Monterrey animados por figuras como Judith Reyes, excelente cantora. En El Salvador, Guillermo Cuellar “Piquin”, compositor y cantante de Yolocamba I Ta, ha sostenido por años la difusión radiofónica de las luchas comunitarias y revolucionarias. Toda esta masa de significaciones incluyentes de las comunidades de base católicas sobreviven sin la importancia digna de ser reconocida por los promotores de las culturas comunitarias populares y revolucionarias.