Por José A Amesty R
Fuentes: http://www.cubadebate.cu
Redes de ONG bajo la guía y amparo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), la Fundación Nacional para la Democracia (NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Democrático Nacional (NDI), cobran un rol significativo, a partir de la mediación para el establecimiento de contratos con múltiples organismos radicados fuera y dentro de Cuba.
Estas redes son minuciosamente construidas y capacitadas, con el mandato único de influir sobre la población cubana, y crearse una fachada de sociedad civil, para impulsar el cambio de sistema político, objetivo último que ha mantenido Biden-EE.UU. en su agenda para Cuba.
Estas redes de ONG, empresas fantasmas, medios y grupos, se suelen presentar de manera endulzada a través de diversos programas de cooperación, para obtener transferencias monetarias, que le permitan la puesta en práctica de los intereses de sus mentores y patrocinadores.
Una de las organizaciones con fachada de defensoras de los derechos humanos, millonarias es la NED, que por estas fechas suele emitir su informe anual, donde hace público qué entidades tienen el beneplácito de Estados Unidos y están comprometidas a defender sus intereses en todo el mundo, ya que no solo realizarán acciones contra Cuba, si no, las tareas que el Departamento de Estado norteamericano y la Administración de turno les encomiende como parte de su política exterior.
Este año, la NED informará sobre las distintas organizaciones que recibieron fondos entre 2021 y 2023 para el desarrollo de programas en Cuba que defienden y velan por los derechos humanos, la promoción de la democracia, entre otros temas que EE.UU. defiende de forma dudosa y confusa.
Deben mantener las tradicionales fundaciones, organizaciones y ONG que consumen ávidamente los presupuestos que les otorgan en forma de transferencias por años, como: Diario de Cuba, Cibercuba, People in Need (PIN), Article 19 y el Observatorio Cubano de los Derechos Humanos (OCDH), entre otras.
Ahora, existen dos proyectos poco conocidos creados para romper lo tradicional y renovar el ataque mediático contra el sistema cubano, pero que cada vez pierden credibilidad, frescura y la poca influencia que lograron con un estilo de prensa amarillista. Por los últimos montos recibidos e insistencia de sus promotores, pudieran aparecer en este informe de la NED.
Sobresale en cuanto a financiamiento, por ejemplo, el proyecto El Toque, que nació como un medio enfocado en las redes sociales, el nuevo escenario, como ya sabemos, de noticias falsas. Y que se ha tratado de relanzar con presupuesto de la embajada norteamericana en Cuba, para potenciar la guerra contra la moneda, buscando su depreciación e influir en la inflación en el país caribeño.
Desde El Toque, evitan reconocer que poseen aval monetario de la NED, y su director, José Jasan Nieves, es consciente de ello. Pero con la llegada del conflicto bélico ucraniano, varias entidades europeas han visto recortes de sus presupuestos, tales como la Fundación Colectivo Más Voces, registrada en Polonia y que redujo sus donaciones a El Toque.
El diseño organizacional empleado por El Toque, cuenta no solo con un respaldo monetario de la NED, sino también de la Agencia de Medios Globales (USAGM), a través de la empresa Media Plus Experience INC, esquema creado para blanquear los fondos de dichas instituciones y hacerle llegar dinero a sus colaboradores secretos en la isla.
Al parecer, a El Toque no le importa ni le preocupa el blanqueo de fondos, no hace caso al refrán de la abuela, que dice “al que velan no escapa”. Si no que le pregunten a Shakira, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y otras personalidades que han sido procesadas en España por evasión fiscal y blanqueo de fondos, algo que es controlado a cabalidad por el Ministerio de Hacienda. Así que no nos extrañe que, dentro de poco, veamos cómo culmina este capítulo en forma judicial, cuyos protagonistas serán la NED, El Toque y Cuba Siglo XXI.
Es curioso que El Toque, no haya dado este paso antes, tal y como sí lo hizo en su momento Cubanet. De hecho, es significativo que no lo haga, pues al igual que Cuba Siglo XXI, corre el riesgo de que las autoridades españolas puedan procesarlos por evasión fiscal, si se revelara lo expuesto, y que a su vez conllevaría el inicio de un proceso judicial contra sus colaboradores radicados en España.
El otro proyecto anticubano, menos conocido y que sobresale por sus esfuerzos por despuntar, es Cuba Siglo XXI, pero no logra un apoyo real entre sus pocos seguidores. Es muy posible que este no obtenga reconocimiento público de la NED y continúe a la sombra. Juan Antonio Blanco Gil, director de Cuba Siglo XXI, si bien ha intentado presentar sus proyectos en Madrid-España, como algo novedoso, para intentar recaudar euros, lo cierto es que no convence a sus seguidores, como aconteció en el seminario “El impacto de la guerra en Ucrania”, cuya intervención generó incertidumbre en los pocos asistentes. Sin embargo, desde la NED continúan apostando firmemente por él, cubriéndole sus viajes a EE.UU. para reuniones privadas con funcionarios norteamericanos.
El resto de los proyectos anticubanos, que dependen para su funcionamiento y ejecución de salarios a trabajadores de la NED, siguen como de costumbre, año tras año, a saber: Diario de Cuba, su director, Pablo Díaz Espi, lleva años apostando por el desarrollo de múltiples iniciativas contra la isla. Su pasión por el ciclismo lo llevo a alternar sus actividades privadas con el proyecto Cubadata y encuentros con diplomáticos checos en España para promover nuevas estrategias sobre la situación de los derechos humanos en Cuba.
Por su parte, Cibercuba se apoyó en el periodista Carlos Cabrera Pérez, a quien echaron de Cuba Próxima por desavenencias con su junta directiva y filtrar acuerdos internos, para publicar artículos sobre presuntas conspiraciones de miembros del Ministerio del Interior de la República de Cuba (Minint), y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) contra el Estado cubano, en consonancia con las posturas de la académica Laura Tedesco, profesora del College Saint Louis University en Madrid.
De igual modo, People in Need (PIN), sigue apostando por la organización de eventos académicos, reuniones y viajes de mercenarios internos a Europa y América Latina, bajo tutela de su oficina regional en Costa Rica.
En tanto, Article 19, a través de las funcionarias Claudia Ordóñez Víquez y Miakelah Drullard, trasladó recomendaciones al Gobierno en las sesiones del examen periódico universal (EPU) y del Comité para la Eliminación de todas las Formas de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés).
Como es habitual en proyectos de dudosa actividad, la NED mantendrá oculto el financiamiento a actividades acometidas por el Observatorio Cubano de los Derechos Humanos (OCDH), que en la última etapa centró su labor en la confección de informes sobre supuestas violaciones y detenciones arbitrarias. Sin embargo, lo que, sí quedó claro fue que Elena Larrinaga, expresidenta de OCDH, sigue ostentando la confianza de los EE.UU., ya que ha logrado desplazar a Alejandro González Raga de su cargo como presidente, en sustitución de su hermana Teresa Larrinaga.
En el marco y a propósito de la celebración de la Eurocopa 2024, es casi posible que, desde la NED, hagan uso de una estrategia similar al estilo alemán para presentar a Cuba Siglo XXI y El Toque como sus propuestas finales de cambio de Gobierno y sistema político en Cuba, como sus centrodelanteros.
Todo lo revelado anteriormente, nos indica que nuevamente queda en entre dicho la falsa democracia que promueve el gobierno de Biden-EE.UU. para América Latina, cuando evidencia la estrategia del golpe blando de esta Administración, como continuidad de la guerra no convencional contra Cuba.
La Casa Blanca, dirigida por el Estado profundo, no promueve medidas de flexibilización y, ante un creciente sector privado en Cuba, le da un año más la espalda, a pesar de ser uno de los pedidos de apertura hacia la isla.
Dejan caer su velo democrático con el aumento de fondos y compromisos en proyectos que denigren los derechos humanos en Cuba, obstaculizando al sector estatal y promoviendo líderes de opinión, para fabricar una sociedad civil a su medida y comprometida con sus intereses, todo ello para impulsar un cambio político radical en la isla revolucionaria.
(Tomado de Tramas)