Por Tamara San Miguel
Fuentes: https://desinformemonos.org
El Decreto por el que se clausura de manera total y definitiva el basurero que lleva por nombre procesadora de residuos sólidos urbanos Semarnat, ubicado en la carretera federal Calpan-Cholula, de los pueblos de la región cholulteca y de los volcanes realizado el 14 de mayo de 2024 en San Pedro Cholula, Puebla es un extraordinario ejercicio de justicia socioambiental. La imponente Asamblea integrada por 34 pueblos es un parteaguas en el crudo contexto de calentamiento global y de la creciente dinámica de despojo, destrucción y reconquista de territorios que ejercen Estado y corporaciones legales e ilegales en México (redes de poder criminal, por los daños que provocan para lograr sus objetivos). Ésta práctica de justicia muestra algo más que una alternativa.
La operación de estas redes de poder criminal ha dejado claro en las últimas décadas que la ley está de su lado, que será usada a su antojo y en contra de las poblaciones que defienden el territorio, la tierra, el agua, el aire y la vida. La ley cada vez más es una herramienta para proteger, ocultar y garantizar las dinámicas criminales de poder. Las aberrantes cifras de desaparición, ejecución, feminicidios y las de los 50 defensores y defensoras del medio ambiente asesinado/as entre 2022 y 2023 dan cuenta de esto.
El modo en que se organizó la Primera Asamblea de los Pueblos Cholultecas, el Decreto de cierre en sí es como lluvia en la sequía, son pistas en medio de un panorama árido y cada vez más catastrófico:
– El Decreto es un ejercicio de los pueblos creando su propia ley. Es un paso que tejen entre comunidades, no una ocurrencia de unos cuantos de hablar a nombre de nadie, es un paso colectivo, comunitario, que hace alusión “a los derechos humanos inherentes a nuestra existencia como Pueblos, los que pueden o no contar con el reconocimiento en leyes nacionales e internacionales”. Es decir, con gran atino dejan claro que lo que es bueno o malo para los pueblos no es lo que diga o no diga la ley estatal nacional o las leyes del derecho internacional, sino lo que los pueblos consideren como tal. Es decir, lo que debe ser según los pueblos, no lo que debe ser según los de arriba que aplican discrecional y diferenciadamente la ley.
– Se supone que derecho y justicia van de la mano. Pero en el derecho positivo que tenemos en México la justicia no va de la mano del derecho, el derecho tal como funciona ahora la evita, la coloca en recintos a los que no puede acceder cualquiera. Por eso la justicia socioambiental que están ejerciendo es la liberación de esa justicia, fue un acto de tomarla para ejercerla y hacerla de todos y todas, no solo de los pueblos sino de los territorios que habitan, de los ecosistemas con los que conviven. Decretar el cierre total del Relleno Sanitario es declarar que el pueblo decidirá lo que es o no es necesario para la salud socioambiental, para la vida.
– Mientras las redes de poder criminal y la dinámica de guerra contra los pueblos provocan daños masivos a las poblaciones y a los ecosistemas, los pueblos que emitieron el Decreto están no solo parando el daño sino abriendo el camino a que la naturaleza se cure, como lo hicieron con el cierre de Bonafont y constataron con la recuperación del agua en sus pozos.
– Con el Decreto están demostrando el racismo estructural y las dinámicas de permanente ejecución de crímenes de Estado colonial. Dejan claro en el segundo apartado del decreto que ellos y ellas son quienes han cuidado desde tiempos ancestrales esos territorios y que siguen resistiendo a la invasión. “Cinco siglos han venido a imponer la decisión de un estado mexicano que apoya sus palabras de conquista como progreso y desarrollo sobre la de nuestros pueblos, reproduce la condición colonial y de injusticia que hemos padecido por siglos”.
– La guerra que se ejerce contra los pueblos busca aislarles, criminalizarles, restarles apoyo social y condenarles. Ese es el campo en el que la gran legitimidad que demostraron el 14 de mayo se alza como posibilidad. Si la legitimidad es inocultable, como lo fue en esa primer asamblea y lo que consideran y deciden se reconoce socialmente como legítimo, las intenciones de esa guerra comenzarán a fracasar. El apoyo que tenga o no esa guerra es un asunto del abajo no organizado, el modo en que se de la razón y se reconozca la legitimidad de los pueblos implica estar del lado de las y los agredidos, pero no sólo, sino de quienes están luchando por todos, aunque sea algo que no estemos acostumbrados a ver y percibir.
– Los daños a los cuerpos individuales, sociales y ambientales reflejan la interconexión que tenemos con la naturaleza y entre nosotros como humanidad, al parar el daño y curar la naturaleza están dejando muy claro que defienden lo común, ahí lo dan todo.
– En medio de la farsa electoral y de la pasarela de mezquindades, disputas, negligencias y desinterés total en lo que afecta a las comunidades, al medioambiente y al tejido social. En medio de la crisis humana que desborda México y de la dinámica política de disputa, ellos y ellas, los pueblos que emitieron el Decreto llevan a cabo en los hechos un amplio y profundo acto democrático de autogobierno y autodeterminación, dejando claro que la vieja política y sus modos de mandar y hacer son caducos y que no tienen más que ofrecer.
Con el cierre del Relleno Sanitario se pudo ver la red criminal que hay detrás de un basurero como este, se pudo ver que los gobiernos de todos los colores y niveles están dispuestos a hacer lo que sea por cubrir el negocio mientras reprimen a lo/as defensores de la vida como si los criminales fuesen ello/as. El gobernador poblano, Sergio Salomón Céspedes, lo ha dejado claro, ha demostrado que su gobierno y el de Moreno Valle tienen muchas lealtades que cubrir y acuerdos que solapar, a costa de lo que sea. Las Secretarías de Medio ambiente y funcionarias que ahí desfilan lo dejan igual de claro. 4T, coalición PRI, PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, todos ejecutan, protegen, omiten, permiten que el Ecocidio sea legal. Los pueblos lo prohiben, lo paran y evitan un Ecogenocidio.