en la revolución de las conciencias
y el humanismo mexicano
en el Estado-Obrador
Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Para Viri Ríos, “Al Obradorista le falta autocrítica”, porque le sobra la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad que gobierna desde el Estado-Obrador en el país de las sombras espectrales.
Al Obradorista le falta autocrítica, porque le sobra la conveniencia y la cantidad al Presidente de todos los mexicanos, que es lo mismo y lo diferente en el Padre político y en la Hija política:
«Ya no me pertenezco, ahora represento el futuro».
El mismo y el diferente sexenio presidencial con el mismo pasado, presente y futuro, del patriarcal al matriarcal, porque la 4T va a cambiar el cambio transformacional sexenal y sexual, porque detrás de la investidura presidencial, la sombra transexenal.
Para Mauricio Merino, “Después del 3 de junio”:
“El país vivirá tiempos de zozobra y la polarización seguirá vigente, pero creo (o para precisar, quiero creer) que pase lo que pase en los comicios, el conflicto político no se desbordará de los cauces habituales de la disputa verbal y jurídica entre partidos, congresos, medios, oficinas públicas y tribunales. No es poca cosa y no es trivial. Pero mientras no se convoque a la violencia, habrá esperanza”.
¿Para qué un golpe de Estado técnico, en el país de las sombras espectrales, cuando el Estado-Obrador, la 4T y Morena han acumulado con la corrupción y la impunidad y han desposesionado con la violencia y la criminalidad en los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los feminicidio, los desconocidos y los desaparecidos que la gente y los demás, los otros y nosotros-nos polarizamos y confrontamos -anormalizados- psicopolítica y patológicamente en marcha con la procesión funeral y el proceso electoral con la revolución de las conciencias y el humanismo mexicano, tal vez sí o quizás sí, porque la Ley y la Justicia por propia y ajena mano (en la concepción obradorista del linchamiento como costumbre del pueblo mexicano) es la seguridad blindada, violentada, secuestrada y agujerada del Estado-Obrador con el ejército y el narcosicariato, a favor y en contra de la infancia, la adolescencia, la juventud, la adultez y la vejez en el país de las sombras espectrales?
Así como el Estado-Obrador pregunta y acusa ¿dónde estábamos cuando el neoliberalismo con el pos(t)neoliberalismo nos mintió, nos robó y nos traicionó desde la derecha a la izquierda con los liberales autoritarios y conservadores pasados y presentes?
Para Israel Covarrubias en “AMLO, ¿republicano plebeyo?”:
“El populismo, que puede ser de derecha o izquierda, tiene dos características centrales: la primera, es que es una ideología que está estructurada a través de un liderazgo carismático, y es también un movimiento social que puede ser genuino y que en general se forma en coyunturas políticas muy específicas, que van a responder a una demanda de integración de una nueva polaridad política”, indica el doctor Covarrubias. “La segunda característica es que cuando hablamos de populismo siempre nos deslizamos muy rápido a decir: el populismo es igual a pueblo. Sí, tiene que ver con el pueblo, pero más bien con el sintagma pueblo, y ahí, en función del uso que se le otorgue a través de la dimensión performática de los discursos del liderazgo, es que se activa o no una idea de pueblo introyectada en el movimiento populista”.
Cuando las observaciones son las definiciones de siempre en lo mismo y en lo diferente desde el 2000 al 2024, la alternativa política del bienestar social fue el obradorismo con Morena y el populismo por la vía de la política publica primero los pobres y el desarrollismo industrial por la vía férrea del tren maya (desde y hacía) dos bocas, mostrándose las líneas del liberalismo autoritario y conservador, a secas, luego, echándole aguas curadoras y cultivadoras al jardín ecológico del sur con la revolución de las conciencias y el humanismo mexicano, así como en el proyecto naturaleza y cultura en Los Pinos, la transformación-tra(n)stornación es lo que fue ayer y lo que es hoy, en seis años, en el país de las sombras espectrales: más cantidad que calidad, más conveniencia que convicción en el No Somos Iguales con la guía ética y la cartilla moral en la soberanía y en la seguridad nacional.
Yanina Welp, a una pregunta de Catalina Lobo Guerrero, de “Ojo Público”, no sin antes evidencia lo siguiente:
“El populismo tiene un fuerte componente simbólico, construye la idea de pueblo y permite hacer una catarsis alrededor de necesidades insatisfechas. Pero creo que hay una distancia enorme entre este nivel simbólico y la capacidad de resolver problemas. Hay muchos populismos que resultan efímeros; es decir, aunque se perciba la idea de que el populismo arrasa con todo, en realidad hay muchos casos fallidos. Hay una larga lista en AméricaLatina, quizás uno de los casos más renombrados de los últimos tiempos fue el de PedroCastillo, cuyo paso por el gobierno fue tan dramático como efímero y puso una vez más sobre la mesa que no hay soluciones mágicas”.
“Hoy en día, vemos populistas por todas partes, pero ¿podemos decir que hay un tipo de populismo latinoamericano que es diferente al de otros países por nuestra tradición de caudillismo en la historia?”
“Es difícil decirlo. Tal vez podríamos argumentar que hay una tradición en América Latina que nos hace más propensos a esa clase de gobierno. Porque el liderazgo es una pieza fundamental del populismo, y en nuestros países ha sido más fácil que surjan estos líderes con componentes autoritarios. Si son más o menos autoritarios, depende de diversos factores como la psicología, la situación, y sobre todo, si les permiten actuar de esa manera. Porque una vez que alguien se erige como el representante del pueblo -el pueblo soy yo- puede hacer lo que quiera”.
El obradorismo en el populismo es cínico en la corrupción y en la impunidad como es perverso en la violencia y en la criminalidad, acumulando en el proceso electoral lo que va desposesionado en la procesión funeral, ganando con la cantidad de la popularidad presidencial y perdiendo con la calidad de la humanidad.