Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
No es que la haya, nomás malexiste con los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los feminicidios con los desaparecidos, porque, en el país de las sombras espectrales, Vamos Bien.
En la marcha por el proceso electoral y la procesión funeral, la autoridad política y moral es el garante con el Estado-Obrador como el Gran Elector (de y para) la Gran Elección Democrática, porque no pasa(rá) nada y nadie por encima de la Ley, inoculado el Estado de Derecho e insaculados los Derechos Humanos, el INE blinda(rá) la agujerada Democracia con la prestancia ejecutoria y ambulatoria de que la elección será la segunda después de la primera, regresando los vencedores por los perdedores en un relevo transexenal de lo joven por lo viejo como en una transu(b)stanciación funeral y una transformación electoral en que los odres viejos serán rellenados por los vinos nuevos en el territorio nacional con el cementerio nacional (de y en) los huesos cardios, los corazones y las memorias en los rastros íntimos y en los mataderos públicos del primer y el segundo piso en la continuidad de la 4T, pues de la política a la ciencia con la cultura política seguirán dando sus frutos propios en la acumulación y sus usufructos ajenos en la desposesión de lo mismo hoy y de lo diferente mañana.
Cuando nunca se ha tenido un presidente (de y para) todos los mexicanos desde 2000 al 2024, la gente y los demás, los otros y nosotros, con el detente del Estado-Obrador y el detente de Lorenzo Meyer, la izquierda y la derecha liberales, autoritarias y conservadoras en:
“El Zócalo de la Ciudad de México encuadrado por el Palacio Nacional y la catedral es un escenario privilegiado para observar momentos clave del drama político nacional. Ahí está la escena recreada por un artista de las tropas norteamericanas en el Zócalo en 1847 o las fotografías de esa plaza regada de cadáveres de soldados, civiles y caballos que marcó el inicio de la decena trágica en 1913 o de las tanquetas abriéndose paso entre estudiantes, para dispersarlos, en el 68. Pues bien, se ha sugerido desde el lado conservador que hay una similitud entre ésta última escena en 1968 y la concentración de miles de ciudadanos, predominantemente de clase media, que tuvo lugar en el Zócalo el pasado domingo para condenar la política del presidente Andrés Manuel López Obrador en general, y sus 20 propuestas de reformas a la Constitución en particular, en el marco de una campaña presidencial realmente competida y polarizante”.
Lorenzo Meyer ponderándole y sopesándole a Enrique Krauze lo del 68, pareciera que a este par de padrotes de la Historia Patria les va lo de Zócalo pero no les viene lo de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, puesto lo único que les sobrevive es lo liberal, autoritario y conservador de una derecha desplazada por la izquierda en la corrupción y la impunidad, en la violencia y la criminalidad que viene llegando hasta donde estamos con los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los feminicidios con los desaparecidos 68/24, en el marco (histórico) de una campaña presidencial realmente competida y polarizante, desde el zafio-supino, el casaco-militar, el peinado-planchado, y, el guango-militar con el No Somos Iguales y la retahíla de los prianistasperredistasmorenistas, confundiendo, a conveniencia, la guerra sucia y la guerra al narco con las tormentas de mierda, de lodo, y, de sangre, sumándole la cantidad y restándole la calidad al Zócalo y a la plaza de Tlatelolco con las plazas de la gente y los demás, de los otros y nosotros en la planchas-plazas (de y para) lo forense, sepulcral y nacional en el país de las sombras espectrales.
¿Crisis, cuál crisis, la del Estado-Obrador?, no pasa nada, porque no está pasando nada a nadie más que alguien que no es el Estado-Obrador en la negación-afirmación de que así como hay buenos días, también hay malos días, días-deas de la mañanera a la adormidera para la Historia Patria y la Familia; en consecuencia, nos están hablando a nuestros números telefónicos para preguntarnos afirmativa y negativamente
¿Crisis, cuál crisis, Estado-Obrador?
Nomás que no nos traten mal en la política exterior porque en la política interior Vamos Bien, con el debido respeto, la procesión funeral y el proceso electoral.