Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Un año más es un año menos, más peorvenir y menos porvenir, más cantidad y menos calidad cuando no es común que en un putero congresal se expresen disculpas por las dis-putas cualquieras en el país de las sombras espectrales, con y sin razón los hombres y las mujeres de la posición y de la oposición practican el culiempinado verbal, fáctico y mediático, del lado izquierdo al lado derecho, de la erótica histérica a la pornográfica sadomasoquista en los fieles y los infieles que se lanzan cuchillos fálicos y vagínicos con los platos sucios y rotos después de tragarse y vomitarse las disputas cualquieras entre ellos y ellas, en lo que el INE y el TEPJF se maquillan-enrostrándose el tenue delineamiento del rubor guinda en sus parpados que cubren los ojos con la mirada de la vista gorda, porque si existe la Avenida Transformación, hace tiempo que existe y se taconea y talonea en la Avenida Revolución de Tijuana con las dis-putas cualquieras en la Democracia Prostibularia del Padrote Navalón en la Tercera Nación, porque como México no hay dos con la posición y la oposición y una sola, única e histórica Cuarta Transformación (de y para) la Historia Patria.
En “Los barcos a la deriva”, Karolina Gilas, balancea hasta donde la 4T y Morena han calado el gran calado superficialmente profundo del Estado-Obrador:
“En una democracia integrar los órganos máximos del Estado, especialmente los jurisdiccionales y los autónomos, requiere de un compromiso mayor; no es un trabajo cualquiera al que uno puede renunciar cuando algo más interesante aparece en el horizonte. Sus integrantes deben cumplir las funciones más allá de las simpatías o animosidades que pueden guardar frente a sus colegas. Remover a quien preside un órgano constitucional no es una decisión que se puede tomar a la ligera, a partir de las relaciones o insatisfacciones personales, ventiladas públicamente sin evidencia o argumento alguno. Los órganos constitucionales deben realizar las designaciones para que las instituciones estatales estén debidamente integradas, y estas designaciones no pueden ser detenidas por conflictos partidistas. En los tiempos recientes estamos lejanos de este escenario. Las tripulaciones que están al timón de algunas instituciones parecen no tener claridad ni compromiso suficiente para desempeñar sus funciones más allá de las ambiciones personales, ni prever las consecuencias que sus actos tienen para el funcionamiento interno y para la confianza ciudadana. El daño que sus decisiones ocasionan a las instituciones y a la percepción de la ciudadanía es grave. La democracia se debilita, el apoyo ciudadano merma, cuando quienes integran las instituciones no respetan las reglas y no realizan los valores democráticos”.
Si la transformación se debe a serse nomás en el transformar, le falta deber hacerse en la realización en el realizar lo que en cinco años nomás ha sido la acumulación y la desposesión con los barcos a la deriva que KG balancea en el peso y en el contrapeso de la proa a la popa, a cubierta y encubierta con el mando de un capitán al timón navegando bajo las tormentas perfectas con las tormentas de mierda, lodo y sangre entre el golfo de México, el océano Pacífico y el mar de Cortez -mar adentro y tierra adentro- el ejército, la guardia nacional y la marina, haciéndole el trabajo al narcosicariato con la seguridad nacional territorial en el proceso electoral con la procesión funeral, los marineros en tierra son los campesinos arando en el mar y los pescadores pescando en la tierra, porque las decisiones y las instituciones son las percepciones en las transformaciones de la 4T, intuyendo los ciudadanos, a conveniencia, que las percepciones son las dispersiones de los dineros personales y universales en la bancarización de los cajeros automáticos mientras la 4t y Morena no dejen, a la deriva, a los que siguen y seguirán remando, a contracorriente, de la propia y la ajena Historia Patria con los barcos a la deriva, tirándole los salvavidas a los vivos, los sobrevivientes, los muertos, los feminicidios y los desaparecidos esperando que nos salvemos o nos hundamos en el naufragio, sexenal y lamentablemente, quedándonos y restándonos a lo que Peter Sloterdijk, “En el mismo barco”, son las hordas de la barbarie civilizada reconstruyendo en el capitalismo-consumismo de lujo y funeral lo que nos sobra y nos falta: “El espacio tanatológico, el duelo esférico y la disposición melancólica” con el nearshoring mezclado con el litio por si alguna transtornación mental depresiva e inmersiva (de y con) la Cuarta Transformación del Estado-Obrador y Morena.