Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
A todo modo, el poder (de y en) el Estado-Obrador, en el país de las sombras espectrales, no ha dejado de joderme con lo de un cenote que ha sido violentado y violado desde la entraña ancestral a la superficialidad criminal, teniendo que expresarme por la lengua y la boca de alguien semejante a mí:
“¿Qué quiere que le cuente? Acerca del escándalo, o sea, de cómo determinados políticos y periódicos presentaron las cosas, no sé demasiado…”
El escándalo es lo de menos cuando un lugar extraordinario ha sido transformado en un lugar, ordinariamente, común, sometiéndose los políticos y desdoblándose los periódicos a lo que algunos periodistas, en los medios con los fines, lo hacen con los políticos como personajes: la prensa vendida se compra y se lee según una agenda que pacta y pauta lo deciblemente pensado, escrito y leído: no somos iguales, aunque la jerarquía de los flacos pobres y los gordos ricos los emparejan y los rebasan sobre las líneas dietéticas y éticas de las directrices que algunos otros periodistas van a sentarse frente al hombre de las mañaneras, esperando ver llover las tormentas de mierda, y cuando Biden observa, de reojo, a Trump, Putin espera el guiño, a reserva de que USA y Rusia fueron, son y serán los espejos espectrales y especuares que se contemplan como El Taxista ante el espejo de Scorsese y De Niro, calentándose Nikita con ron cubano y Fidel con vodka ruso en la guerra fría, al borde, de the last minute on the earth, saliendo del mar, Ursula Andress, en bikini, que no era La Sirenita y sí Halle Berry, desnuda, cogiendo en el sofá y en el suelo como una condenada del pasado a tener que verla desérticamente semidesnuda, lo que para un internauta le escribe a ella:
“Literalmente, ¿nadie ve los 3 montículos gigantes de mierda humana? En serio, ¿por qué publicar esa foto con la mierda en ella?”, a lo que ella le contesta: “Por qué no. Es lo que es”.
Es lo que es; por lo tanto, es lo que es ella, él y nosotros: testigos visuales de paisajes, parajes y paralajes que destruimos con la mirada.
Después de todo y de todos, lo que materialmente importa no es lo demasiado humano lo que nos importa, porque después de que hayamos muertos todos sobre el todo modo, el poder, ha estado más del lado de Samsa que de Kafka, porque el proceso en la metamorfosis no es lo procedimental en la forma y sí en el contenido en que lo humano está vaciado en el horror vacui del lujo y lo funeral en vida, pues cuando Gorki fue llevado al Gulag de Siberia, le pareció horrendo lo que vio y todavía así escribió lo bien que estaba la horrendad del infierno frío con el homo sovieticus de Lenin y La Cheka y et al., como Stalin y Putin.
De pronto, como el Coronavirus 19 sobre la faz de la tierra, la metástasis cancerígena en el cuerpo humano, se expande a la corrupción y la impunidad, a la violencia y la criminalidad en el cuerpo y el tejido social, porque, en el país de las sombras espectrales, no hay otra manera de llamarle al pan-pan y al vino-vino más que con el pan empapado en sangre, así como al pan como el cuerpo del pueblo y al vino como la sangre de la gente con las metáforas y las metástasis de la enfermedad en Susan Sontag, la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad en el Estado-Obrador et al., como Putin y Netanyahu.
Escribe Tomas Piketty:
“Es importante revisitar la historia para hacerse una idea de los cambios que pueden producirse en los temas” como la transformación en el país de las sombras espectrales, porque los asuntos públicos y los problemas sociales están siendo la transformación y haciendo la transformación (de y para) la Historia Patria, y que el proceso electoral con la procesión funeral es competencia e incompetencia del INE y la Seguridad Nacional, porque el Estado-Obrador no es el Gran Elector para la Elección de Estado, porque la Democracia Electoral debe serse y hacerse una metástasis buena para curar la metástasis mala, a reserva de que el desahucio está bajo pronóstico reservado entre la posición y la oposición, los políticos y los periodistas, los medios y los fines, la gente y los demás, los otros y nosotros estamos a todo modo, cuando el poder con 24 años de corrupción e impunidad, de violencia y criminalidad en su céntrica y en su periférica expansión humana y territorial, los vivos, los sobrevivientes, los muertos, los feminicidios con los desaparecidos, no solamente tenemos el poder de la transformación con la revolución de las conciencias sino que también con la metástasis del humanismo mexicano, y lo que del peorvenir nos venga.