A San Agustín de José, escribiendo La trágicomedia mexicana
Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Para Taibo 11 todo va bien (de y para) la lectura en el país de las sombras espectrales, a reconsideración personal, ¿qué están leyendo los jóvenes construyendo el futuro y qué están releyendo los adultos sembrando esperanza?, abaratando el libro y elevando la canasta básica, sin plantearse, autocríticamente, el asunto público de la educación y el problema social de la cultura.
Cuando Taibo 11 no es Vasconcelos, ni Leticia ni Alejandra, siendo y haciendo con su compañeras esposa e hija en la Brigada para Leer en Libertad, los días y los años se han h(o)jeado las lecturas tras las páginas en la linda y en la fea república mexicana de las letras, las lecturas y los libros (de y para) l@smexican@s, aunque no todo es para todos los mexicanos en tanto la gente y los demás, los otros y nosotros no somos todo para todos nosotros, porque no somos iguales, tal vez sí o quizás no, la vida no es un libro abierto con una lectura abierta, porque la libertad, educativa y culturalmente, es liberal, autoritaria, conservadora y clasista, porque Vasconcelos impuso a los clásicos y el Estado-Obrador impuso a los clasistas con los iletrados y los analfabetos funcionales y digitales de los prianperredistasmorenistas con los medios de los mediocres y los imbéciles y los estúpidos de las redes sociales, porque los votos electorales, no son los bosques forestales, los pasajes de las lecturas y los arborescentes parajes son como los rosedales y los roquedales en las oquedades, el sonido de la imaginación y la conversación de las voces cuando, Agripina y Andrea Heloisa, me estrujan los huesos cardios, me palpitan el corazón y me recuerdan la memoria, volando Agripina y Andrea Heloisa sobre los techos volados de los pinos y los encinos en La Casalta.
El humor rabioso y ácido de Taibo 11, resultado de las luchas sindicales medio realizadas y medio frustradas, lo han estado movilizando más a las plazas públicas que a los salones grisáceos sindicalistas, porque el libro y la lectura están librando y calibrando el modo de serse y hacerse más cercano a la certeza, de que, por fin, se ha topado con la Historia Patria sin tanto escándalo como el del Estado-Obrador en las mañaneras, refiriéndose a López Obrador como a alguien que no le importa nada de nadie más que él mismo, no pudiendo Taibo 11 cambiarlo o transformarlo porque hay que llevar la 4T abierta como las camisas de mezclilla desbotonadas, valiéndole madres cuando hay que evidenciar lo visible: se la siguen metiendo doblada a los culiempinados de la derecha y de la izquierda, aguantando como los meros machos morenos y las meras hembras morenas, volteándole los ojos Citlali a Mario, lo que Obrador con Claudia y Alito con Xóchitl, porque del proceso electoral a la procesión funeral, no se salva la politiquería obscena de mostrarse con la evidencia de que todo@s son un@shij@s de La Chingada.
Los libros y las lecturas del fondo de cultura económica a los precios populares son como las lecturas mexicanas que se compraban con la complicidad de algunas afinidades íntimas y públicas de los estudiantes preparatorianos cuando uno impartía clases de literatura en el Conalep y el Colegio de Bachilleres, porque entonces los jóvenes leían y deben seguir releyendo como adultos, y ahora con tanto trabajo construyendo los jóvenes el futuro y los adultos sembrando esperanza, nomás el tiempo y el espacio quedan para vivir sobreviviendo, para morir feminicida y desaparecidamente en el país de las sombras espectrales.
Lo que para Taibo 11 era incalculablemente la literatura sigue en lo calculadamente político, no porque sea un transformador, sí, un autor literario e intelectual generador de libros y lectores, que lo que le va en vida, la juventud y la adultez, en el país de las sombras espectrales, pasan de la persona al personaje que el Estado-Obrador con la Historia Patria y Taibo 11 con la Madre Patria, se han entrecruzado en el Zócalo público y en el Palacio privado con eso de la revolución de las conciencias y con eso del humanismo mexicano.
De la politiquería del Estado-Obrador a la librería del Taibo 11, los dineros y los libros, los autores intelectuales y materiales (de y en) la 4T y Morena, la transformación de las personas a los personajes (con y en) la política y la literatura, la posición y la oposición, no son a cuatro a manos como lo fueron el Subcomandante Marcos y Taibo 11, pues al ocuparlas Taibo 11 con el Estado-Obrador, la traición, la mano izquierda con la mano derecha son las liberales autoritarias conservadoras que, la brigada para leer en libertad, se la vende y se la compra Taibo 11 al Estado-Obrador para metérsela doblada, volteando los ojos la no primera dama hacia Marx Arriaga.