Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Lo que siempre reempieza en la finitud de los mismos días y de las diferentes noches con los amaneceres distintos por el acto en el despertar y por el hecho de levantarse ante el espejo de una mañana cualquiera, común y corriente, reconvencido que todo está y todos estamos para la responsabilidad del mundo arriba, del cielo en medio y de la tierra abajo, sorbiéndole al café y fumándole a los Delicados, sacándome escupitajos de flemas matinales.
Es diciembre, y la gente está puesta a hacer lo que cada fin de año viejo hace para el año nuevo: lo mismo y lo diferente, a reserva de que las estaciones del año hace tiempo son distintas, pues en el ser, el tener y el hacer se ha pasado de la medida a la desmedida con el capitalismo-consumismo de lujo y funeral en todo por todos, porque somos un mundo de gente en un ingente mundo indigente e indecente, porque los judíos vieron en Palestina la tierra prometida, el Estado Sionista de Israel, con la guía de Dios, invadió y desplazó a los árabes-palestinos.
La vida, a pesar de todo(s), antes, durante y después de todo-s reempieza, siendo y haciendo que la Ley es la dura lex y la Justicia es la injusticia, porque In God Trust, corrupta e impunemente, violenta y criminalmente, la paz sepulcral y la guerra mortal.
Aquí, al norte de la ciudad-porteña, en La Casalta, en el noroeste Pacífico, han desaparecido tres jóvenes, se lee en la sección policiaca del periodístico Debate.
Alguien escribe antes, durante y después de mí: Amor y paz entre los dolores del mundo, citando un dato de la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra: “En este momento están ocurriendo, en Medio Oriente y el norte de África, 45 conflictos armados activos, entre ellos el de la Palestina, 35 en el resto del Continente Africano, en Asia 21 conflictos en activo, Europa tiene siete, entre ellos el de Ucrania, y seis en la América Latina; así que mientras algunos disfrutamos para otros el mundo arde y me resulta imposible no pensar en ellos”.
Estando el mundo de gente así, manos y dedos índices a la escritura-redacción digital desde el mental y el verbal delirium, la oferta del carpe diem y la demanda del horror vacui, en silencio, con música de fondo del grupo griego Conundrum, el enigma está desenigmatizado y el rompecabezas está decapitado, no se sabe si con la inteligencia humana o artificial, el algoritmo tiene su ritmo, pero no la música del rock progresivo sinfónico, desde la vaca como Madre de corazón atómico a El lado oscuro de la luna de Pink Floyd, del himno orgánico al himno espacial, la vaca pinta, las hormonas y las neuronas abajo en la tierra y en el cielo de en medio en el mundo de arriba verdeoscuro, el campo y el espacio, donde pasta la vaca la orgánica alfalfa, porque el metano la produce la industria de la engorda, y no, la vaca anaranjada, que mi abuelo Francisco me regaló para la memoria de la infancia, recordando sus huesos cardios y su corazón junto a la abuela Heloisa entre Las Lajas y Las Cuevas Lejas.
Si todo lo que impacta a todos es “como en una película”, lo real social se está transformando -mediante y mediáticamente- la realidad virtual real-politik, pasar la vida viva a la memoria USB con la actividad de la inteligencia natural a la IA-inteligencia artificial del pos(t)humus al pos(t)humanismo, no es ni será trashumanizar al ser humano en la condición humana, así como no eliminar y sí reducir la energía fósil, siendo lo mismo y haciendo lo diferente, del límite al extralímite, de la acumulación a la desposesión harveyesiana en el capitalismo-consumismo de lujo y funeral, de vigilancia y digital, para serse y hacerse de la vista gorda. Lo que siempre reempieza con la recontinuidad en la retransformación de lo que reavanza es algo de alguien para nadie que reaparece en el todo y en los todos que son la gente y los demás, los otros y nosotros, porque los desaparecidos son más que los reaparecidos ante los sobrevivientes, los muertos y los feminicidios, no siendo lo mismo con los inmigrantes porque son diferentes en la fantasmatización de la simulación diplomática y en el simulacro humaniutilitarista de ser salvados por la contención de sí mismos en el uso y el abuso que el Estado-Obrador y Biden-USA, sí o no los desaparecen, los reducen a la fragmentación con los desechos de los huesos cardios, los corazones y las memorias porque no son una responsabilidad del mundo en el mundo de gente porque son gente extraña hasta para la mano de obra barata que vienen, están y van estorbando como los pobres en el tiempo y el espacio con la gobernanza de la incertidumbre y la desesperanza en lo sobrehumanamente inhumano, porque lo que siempre reempieza, reacaba.