(De Fernando Buen Abad Domínguez)
Por Nino Gallegos, para APIAvirtual
Para el Buen Abad de Fernando, la cultura Olmeca, pueda que sea lo que para el poeta Carlos Pellicer era otra cabeza cálvica pensante y poética que no lo es el Estado-Obrador como el supuesto buen pensador que el Buen Abad propone, sino pleonasmos intelectuales de Fernando a Andrés Manuel en el humanismo mexicano, sin pies ni cabeza, ejecutado, desmembrado y decapitado, exhibido en los rastros íntimos y los mataderos públicos.
El buen abad de Fernando es un pleonasmo intelectual que quiere estar en la cabeza del Estado-Obrador, pero no en la cabeza de Milei-miley, siendo coterráneos hasta de la misma y la diferente Argentina, vendiéndole hace casi un sexenio al Estado-Obrador como al instituto de formación política a Morena, lo que en Argentina no se le compran sus pleonasmos intelectuales con la guerrilla semiótica de la semiología en las enfermedades intelectuales de la praxis extrapolada que, en Argentina con el militarismo y el golpe Estado y con el Estado-Obrador en el México-en el país de las sombras espectrales son el militarismo y el narcosicariato, las cabezas olmecas de la cultura olmeca han sido la acumulación y la desposesión del Estado-Obrador, los pensamientos y las palabras, los actos y los hechos son más un autoritarismo de lo fáctico y lo mediático-ideático del humanismo-mexicano en la estructura ausente y mental que el Estado-Obrador le ha comprado junto con la revolución de las conciencias al buen abad de Fernando.
En defensa del humanismo mexicano, el buen abad defiende con la guerrilla semiótica: “Hay quienes ningunean a la filosofía humanista revolucionaria. Hay que esgrimir las propuestas del humanismo mexicano contra el escenario grotesco de las ecuaciones hegemónicas: opresores-oprimidos; centro-periferia; víctima- victimario; colonialismo-descolonización; civilización-barbarie”, cuando uno observa que no hay tal filosofía humanista revolucionaria, y sí, la grotesquedad, del Estado-Obrador, la 4T y Morena en su revolución pacífica con la reinsurgencia del narcosicariato.
No es de creerse que Buen Abad sea más creíble, tal vez, crediticio, que Luis Villoro, Pablo González Casanova y Enrique Dussel, Armando Bartra y Lorenzo Meyer para lo que ha sido una formación para la emancipación y la transformación de los fisgones-chamucos, los migueles, los taibos y los concheiros variopintos y guindos de los izquierdos con los derechos liberales autoritarios y conservadores, y si en algo buen abad se parece a alguien es a un protagonismo semiótico-semiológico donde el signo es él mismo con Miley y el diferente con Obrador: no sabiendo-sabiondamente donde ésta, si en la Argentina o en La Jornada de La Chingada o que lea de Jorge Zepeda Patterson, “El caballo y el camello, o ¿de qué democracia hablamos?”, siéndole Jorge al caballo y haciéndole Fernando al camello.
La credibilidad-crediticia de lo que el buen abad, aportativa y portátilmente, de Argentina a México es un viajero frecuente en las redes sociales, ha planteado y ofrecido, una recurrencia-ocurrencia y concurrencia a los paradigmáticos espacios, parajes y paralajes que Althusser y Foucault, Lacan y Zizek han desestructurado sobre lo que para Eco es la estructura ausente en la filosofía y la psicología de la mass-media en la masificación-individuación cuando el poder, a todo modo, el marxismo ante el fascismo-nazismo, comunismo-capitalismo, la teoría y la tesis, la praxis y la conducta, la hegemonía gramsciana es una organización intelectual, conceptual, política, social y cultural, no es para los monstruos y el horror heredados a los ultras de la derecha y la izquierda, de acuerdo y a conveniencia en lo que la democracia es la doble estructura ausente de lo real social en el proceso de la realidad virtual real-politik: la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad en la superficialidad de la transformación solamente-en-la mente de los que creen sin ver el vacío de una ideología que se voragina y se regurgita con la mismidad y en la ensimismación en que el humanismo mexicano es para los sobrevivientes, los muertos, los feminicidios y los desaparecidos en el país de las sombras espectrales, quedando los vivos al amparo del Vamos Bien con el encaminador de almas del Buen Abad, pues para Fernando no hay asuntos públicos y problemas sociales en Argentina, pues Milei es el tema y el Estado-Obrador es ¿”una conciencia revolucionaria y humanista”?, como si la semiosis de la liberación y la emancipación es la doble articulación en que a la misma y a la diferente vez, México y Argentina, han sido acumulad@s y desposesionad@s por la izquierda y la derecha electorales de los liberales-libertarios, autoritarios y conservadores argenmex con la motosierra y el machete, serrándole y tasajeándole a las venas abiertas de América Latina.