Entrevista a Melchor López, por Olí Benítez
— Machetearte, ¿Por qué escribir en Machetearte?
—Melchor: En realidad lo que hago es poner por escrito lo dicho por los protagonistas de los movimientos y organizaciones sociales populares. No hacemos editorial; por medio de la entrevista reportamos el suceso.
—¿Cuál es el motivo de iniciar esta travesía?
—Porque Machetearte es una publicación impresa popular con una mirada sociopolítica desde abajo. Para lograr la charla con los actores sociales, pues hay que ir al evento. Recuerdo cuando fuimos a la comunidad de un Caracol (región autónoma zapatista), en Chiapas, con el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional); o a Tapachula, Chiapas, al paso de los migrantes. También a Tixtla, a la escuela normalista de Ayotzinapa, en Guerrero. Asistimos para hacer entrevistas. En ocasiones se abordan temas fuertes.
Una vez vi una invitación abierta para asistir a las puertas del Reclusorio Oriente. La convocatoria fue de una organización feminista con el objetivo de apoyar a Yeri, sobreviviente de feminicidio: su pareja sentimental intentó asfixiarla. Yeri, antes de entrar a la audiencia, nos concedió la entrevista. Allí también conocimos a Fabiola, igual, sobreviviente de feminicidio por parte del que entonces era su novio. Actualmente, ambos, están en la cárcel.
Recientemente, nos dio la entrevista una integrante del Bloque Negro, perteneciente a una organización feminista. De la misma forma hemos platicado con familiares que buscan a sus desaparecidos, a sus seres queridos.
— ¿Cómo se mantiene una publicación impresa como Machetearte?
—Quienes hacen Machetearte no reciben apoyo alguno. Se sobrevive por la aportación económica solidaria de quién adquiere un ejemplar. Tal vez valdría la pena buscar donaciones de organizaciones autogestivas o independientes para garantizar que el Machetearte se mantenga otros 25 años más.
—¿Deseas comentar alguna anécdota?
—Una ocasión, en un fin de semana, fuimos al Festival Internacional Cervantino Callejero, en Guanajuato. En una plaza pública estaba tocando un grupo de ska. Creo que se llamaban Las Tremendas Lagartijas. Era puro morro, puro barrio. Entonces, los entrevistamos. Y posaron para la foto. Regresamos a la Ciudad de México. En la semana se publicó la charla acompañada con la imagen de la agrupación. Con ejemplares en la mochila, el otro fin de semana, regresamos al Cervantino. Y los topamos. Les mostramos la entrevista y saltaron de alegría al verse en Machetearte. Las Tremendas Lagartijas se fueron emocionadas.
—¿Te has arrepentido de alguna publicación?
—No. Todas las entrevistas han sido con gente que desea externar su sentir, su experiencia. Eso es lo importante: que se visibilicen en los medios alternativos e independientes.
—¿Qué hay que hacer para que Machetearte mantenga ese arrojo?
—Que todos le entremos a la capacitación, que haya áreas de especialidad. Hace falta alguien que le haga propaganda para adquirir donaciones. Aunque debo decir que de Machetearte aprendí la máxima: “Quien propone la idea, la lleva a cabo”. Propuestas hay muchas, pero lo importante es ponerlas en práctica.
—Finalmente, ¿qué te motiva a seguir? —Conocer de primera voz el suceso que haya impactado socialmente. La charla directa con el protagonista. Y más cuando es el momento del acontecimiento. Es aprendizaje directo que nunca verás en los libros.