¿Qué tanto las conoces?
Por Vulgo Culto
La mayoría de la gente se considera clase media simplemente porque sabe que no es rica, pero tampoco se siente pobre, sin embargo la cosa no es tan simple. En este artículo no pondremos el énfasis en el rango de ingresos como referencia de posición social, ya que es ahí precisamente donde se provoca la confusión en la gente sobre su pertenencia o no a un determinado estrato social, principalmente entre personas de la aspiracionista clase media baja. Así que en esta ocasión lo explicaremos como a continuación se indica:
Gran burguesía (el presidente los llama fifís). Son menos de cien familias capitalistas, las más ricas y poderosas del país: banqueros, empresarios y sus allegados, miembros de los consejos de administración de grandes consorcios, muchas veces ligados a intereses de corporaciones transnacionales. Son la élite que representa menos del 1% de la población, pero acapara más del 30% de la riqueza que genera el país. Herederos de su condición socioeconómica, la gran mayoría de ellos son dueños de los principales medios de producción simplemente por haber nacido en ese ambiente cerrado. Pueden mantener su elevado nivel de vida gozando de todo tipo de privilegios durante varias generaciones sin trabajar y por supuesto, ejercen una gran presión en la toma de decisiones políticas cuando ven amenazado su status.
Clase burguesa (también son considerados fifís pero de segundo nivel). Son la clase pudiente o alta al servicio de la gran burguesía; ricos pero no tan poderosos, o poderosos no tan ricos como para incidir por sí solos en el curso económico/político del país, aunque sí cuando en su conjunto se organizan en cámaras patronales (verbigracia Coparmex) y de comercio, o se hacen con el control de instituciones autónomas importantes, como el INE, la UNAM, la SCJN. Solo un privilegiado 5% de la población se encuentra en esta delgada capa social. Su labor es directiva/gerencial y podrían dejar de trabajar durante periodos prolongados -aunque quizá no toda la vida- sin hacer ajustes a su economía.
Clase media trabajadora o clase media proletaria. Son profesionistas, pequeños comerciantes, propietarios de oficina o taller, académicos, periodistas, investigadores, artistas y en general gente no tan jodida pero que depende de sus ingresos quincenales, mensuales o por temporada para subsistir. Muchos de ellos, no todos, son aspiracionistas (wannabes). Constituyen aproximadamente el 34% de la población y solo podrían estar sin trabajar mientras consiguen un nuevo empleo u ocupación.
Proletariado o pueblo bajo, son todos aquellos asalariados o trabajadores por su cuenta que viven al día y constituyen la gran masa trabajadora de la población. Son principalmente obreros, campesinos, oficinistas, burócratas, vendedores ambulantes, amas de casa, artesanos, maestros, trabajadores sociales, estudiantes prestadores de servicios o prácticas profesionales, etcétera, y que a pesar de que con su trabajo generan la mayor parte de la riqueza material y cultural del país, son pobres. Representan aproximadamente el 52% del total de la población y para este sector dejar de trabajar no es una opción por obvias razones, pues significaría inmediatamente dejar de cubrir sus necesidades básicas.
Depauperados en pobreza extrema o lumpen proletaria. Son los que no pertenecen a ninguna clase social por no tener acceso ni a un trabajo ni a una escuela (ninis), ellos no producen y consumen muy poco, por lo tanto se encuentran temporal o permanentemente excluidos del sistema, es decir, en la indigencia. Un 8% de los mexicanos se encuentran en esta lamentable situación sin ingresos propios, por lo que dependen completamente de los programas sociales del gobierno, de la beneficencia pública o incluso de la caridad para poder subsistir. Sin las ayudas, literalmente no comen. Como podrás ver, no es la persona la que decide pertenecer a una clase social porque «siente» que se identifica con ella. Tampoco es un conjunto de personas que integran una clase las que deciden si aceptan o rechazan a alguien más, sino que al reunir o no ciertas características que la tipifican, la persona es clasificada como perteneciente a una. Y tú, ¿de cuál formas parte?