Con el Caso García Luna
Por Alfredo.
Ustedes disculparán que no me haya entusiasmado el que se encontrara culpable al súper policía del calderonato por los delitos que lo acusaba la fiscalía en los Estados Unidos. Y es que ese es el primer “pero” que se le puede encontrar: estamos hablando de la justicia gringa y no de una verdadera justicia. Una verdadera búsqueda de la justicia hubiera sido que en el juicio salieran a la luz los nombres de los patrones yanquis del señor García, pues para nadie es un secreto que los verdaderos ganones y quienes se llevan la tajada grande se encuentra al otro lado del río Bravo. ¿O usted recuerda el nombre de un peso pesado gringo que haya sido juzgado y encarcelado por estar involucrado en el negocio del narco? Pues a eso me refiero, que el juez cuidó muy bien que durante la presentación de los testigos y entre las pruebas, no salieran embarrados nombres de ciudadanos estadounidenses (y ya no digamos dependencias gubernamentales) y sus vínculos con García Luna. Está bien que ya todo el mundo sepa que el gobierno gabacho tiene vínculos en el jugoso negocio criminal del tráfico de drogas, como quedó demostrado en el mundialmente famoso caso Irán- contras, por poner sólo un ejemplo, pero tampoco se trata de ser tan descarados (hay que guardar las apariencias).
La justicia gringa va a buscar cuidar y ver por los intereses de los poderosos estadounidenses y es lo primero que nos debe quedar claro. No les interesa combatir verdaderamente al narco pues es un negocio que les deja grandes dividendos, tanto en la cuestión económica como en sus juegos geopolíticos. Con el pretexto del combate al narco, los gobiernos gringos -y los intereses financieros económicos que representan- meten sus narices y presionan a gobiernos de otros países para obligarlos a bailar al son que ellos quieran (o se atienen a las consecuencias), aceptar “asesorías” militares a sus ejércitos y la venta de armamento y equipo. ¡Un negociazo redondo, pues! Cuando se trata de ver por sus intereses, a los gobiernos gringos no les importa cobijar a gobiernos sionistas de Israel y apoyar al actual gobierno ucraniano que tiene lazos con grupos y personajes neonazis.
García Luna es sólo otro ladrillo más en la pared. En esta ocasión le tocó a él, como en su momento le tocó al “Chapo” Guzmán y a otros funcionarios nacionales de medio pelo (el general Salvador Cienfuegos se salvó gracias a “ya saben quien”), pero el narco va a seguir, ya que es uno de los grandes negocios que más ha crecido en el sistema capitalista por las enormes ganancias que se obtienen de él. Mientras tanto, de vez en vez seguiremos siendo testigos de la detención de funcionarios involucrados o de grandes capos, todos nacionales o latinoamericanos claro, ni modo que gabachos, cuyos juicios se prestan y se presentan más como espectáculos que como verdadera búsqueda de justicia. Al pueblo pan y circo. Al mismo tiempo los poderosos yanquis se lavan la cara y hacen creer a los ingenuos que están luchando contra los malosos.
Y en lo que se refiere a nuestro país el juicio a García Luna se prestó más a abonar al pleito que se traen entre los capitalistas neoliberales, representados políticamente por los prianistas y los capitalistas de estado que comanda la 4T. Mientras que muchos nacionales exigen –y con razón- juicio a Fox y Calderón, el inquilino de Palacio Nacional se mantiene en la suya de no iniciar procesos judiciales en contra de los expresidentes vivos. Además, ¿va el súperfiscal de la república, Gertz Manero, a iniciar un proceso en contra de los expresidentes blanquiazules cuando él fue secretario de seguridad en el gobierno del Chente Fox?
Mientras que acá abajo, en la calle, al ras de suelo, entre nosotros la declaración de culpable a don Genaro no va a ayudar a que las cosas cambien de manera significativa: seguirán los desaparecidos los levantados por grupos criminales; muchas personas serán desplazadas de sus comunidades a causa de agresiones de grupos paramilitares que tienen vínculos con el crimen organizado. La trata de personas (entre ellas migrantes centroamericanos) no va a disminuir mientras el narco sea uno de los negocios florecientes del sistema capitalista y estén involucrados personajes de alto, altísimo nivel político, empresarial, económico y militar tanto nacionales como extranjeros.
Dispensarán ustedes mi falta de entusiasmo entonces por la declaración de culpable a García Luna.