Cualquier reforma política (electoral, económica) sin igualdad, es engaño capitalista para tontos
Por Pedro Echeverría V.
1. El presidente López Obrador habló en el aniversario de la Constitución de 1917, de su decisión de “promover una reforma para que de una vez y para siempre se acaben los fraudes a la voluntad popular y se tengan jueces y autoridades comiciales imparciales”. La intención es “que se acabe con ese periodo vergonzoso que se padeció en el país”. El presidente ha mantenido una confrontación con consejeros del INE por diversas causas, entre ellas el gasto del órgano electoral (INE), los salarios de los directivos y los escasos recursos para el proceso de revocación de mandato. La realidad es que después de tres años de criticar al INE –cuyos funcionarios ganan tres veces más que el mismo presidente- no ha podido nada contra ellos.
2. El gobierno de López Obrador -que hasta ahora puede llegar a ser el menos corrupto de la historia- aunque haya declarado que en los cambios “hay que ir a la raíz”, es decir, que hay que ser radical, se ha propuesto realizar cambios superficiales que al regresar el PRI o el PAN al gobierno borrarán en unos cuantos meses cualquier ley que les estorbe. Más aún, si con su partido Morena logra imponer a quien le guste que lo suceda, sus reformas reconfirmarán los modos del PRI/empresarios de hacer política. Me recuerda mucho “La caverna”, obra educativa de Platón en la que todos estamos encerrados, pero mucho más los políticos que hablan y hablan, que parecen burlarse y nada pueden hacer.
3. El reformismo debe combatirse porque sólo ha servido para adornar el capitalismo en beneficio de los ricos millonarios. Veamos: ¿Se pretende acaso acabar con el fraude electoral y demás robos, engaños y trampas? En México todos los presidentes han impuesto –como en las monarquías- a sus sucesores; todos los candidatos oficiales deben recibir la aprobación de los poderosos empresarios y del gobierno yanqui; todos los candidatos deben repartir dinero y regalos entre los miserables electores, durante sus campañas, así como se comprometen que, ya en la Presidencia, a devolver con contratos, negocios y nombramientos, todos los apoyos recibidos durante sus giras electorales.
4. Las reformas en México y en todo el mundo, son como el aumento de salario que de inmediato desaparece al aumentar los precios; serían como la rifa o sorteo de cargos con recomendación de un ganador o llamar delincuente a quien se roba una gallina para tapar y proteger a quienes “ganan” miles de millones en los negocios. La reforma es una gran engañifa que usan los políticos para prolongar su dominio. Por ello Rosa Luxemburgo escribió un libro en1899 contra los socialdemócratas de la II Internacional, “Reforma o revolución”, al denunciar que el capitalismo nunca podrá superar sus contradicciones que impulsan la desigualdad y la continuidad de la explotación capitalista.
5. La condición esencial para que hayan cambios o reformas verdaderas es la igualdad entre los seres humanos. La tan cacareada libertad ha servido para hacer negocios, para acumular capital y propiedades, para viajar a donde le plazca a cada quien, ha beneficiado a las clases altas con mucho dinero y que no pagan impuestos; sólo vale la libertad cuando hay igualdad o cuando es usada para luchar contra la desigualdad social, política, económica. Hablando de libertad me preguntan ¿qué pasó con el famoso Pablo Gómez sustituto en la UIF? ¿Enfermó de Covid llevando un prolongado restablecimiento que lo ha dejado sin pronunciar palabra alguna o, de plano, lo removieron como “utiliti” a otro cargo? https://pedroecheverriav.wordpress.com