Frente a las Políticas de Terror que nos Dividen
Por Carmen Escalante
“MATOLO, DESTAZOLO, COCINOLO Y VENDIOLO EN TAMALES VERDES” Así con letras mayúsculas y así con el acento bien remarcado. Este tipo de notas amarillistas, destacando la noticia con adjetivos y palabras llamativas, que incluían fotografías explícitas, revictimizando a la persona, fueron muy comunes en los años ochentas, el amarillismo vendía, colocaba en los primeros lugares de venta a los periódicos de este tipo, aun a costa de la desinformación y propagación del miedo en las personas.
A finales de esa misma década, los noticieros “informaban” que TODOS íbamos a morir de SIDA. Esa misma forma de proporcionar la nota volvió a suceder cuando supimos del virus del papiloma humano (VPH) y, antes de eso, con enfermedades como el sarampión y otras, afortunadamente no fue así, a pesar de que hubo personas que fallecieron por estas causas y la humanidad no se extinguió en ninguno de los casos.
Con esto, no se quiere demeritar las lamentables pérdidas humanas que hemos tenido con el Covid-19 sino pedirle que se acerque a fuentes confiables y no se deje llevar por los titulares que venden, porque lo que sí es un hecho también, es el incremento de muertes por ataques al corazón, ansiedad y depresión, muchas de ellas provocadas irónicamente, por el miedo a morir de Covid-19.
Entre todo este circo informativo, se ha generado un discurso de odio que acrecienta el desinterés y el miedo hacia el otro; el otro, visto como posible portador del virus, es el enemigo, del cual hay que huir o a quien hay que encerrar a piedra y lodo. En ese momento no se alcanza a pensar en la organización colectiva para cuidarse unos a otros y no unos, a pesar de otros.
Según los números de la ONU, somos aproximadamente 7,700 millones de habitantes en el mundo, de los cuales, hasta el 8 de agosto de 2020, a las 7 de la noche, los casos de coronavirus en el mundo son 19,187,943 de los que se han registrado 716,075 muertes. En México, en todo el país, hay 475,902 casos acumulados, de los cuales 30,290 son casos activos estimados y 52,006 han fallecido.
Tal vez usted conozca algunos casos recuperados y no se ha dado cuenta ¿Porqué? Porque la mayoría de esta información también ha generado discriminación hacia las personas, médicos, enfermeras y personas que han tenido la enfermedad, como Daniel, albañil en el Estado de México, quien tuvo Covid-19 la última semana de junio y fue atendido por un doctor particular, debido a que los miedos generados por tanta mala información, hicieron que le diera pánico atenderse en un hospital de salud pública. Daniel tiene una familia de cinco personas que mantener con él, incluido “me dieron antibióticos muy fuertes y estuve en cama cinco días con mucha calentura, después siguió mi esposa y mis hijas, no vine a trabajar porque no quería que la gente se enterara de que tuve Covid-19 y me fueran a golpear por estar enfermo, por eso no le dije a nadie” Después de cinco días de convalecencia Daniel tardó dos semanas más en recuperarse totalmente; caminaba encorvado y se fatigaba muy pronto. Además, a sus 35 años, Daniel padece de hipertensión, enfermedad que fue la causa por la que tardara un poco más su recuperación de Covid.
Actualmente Daniel ha vuelto a su trabajo de albañil, completamente restablecido. Otros más, en el mismo caso, han fallecido.
Rosa, residente en la CDMX, tuvo que viajar a un pueblo de Hidalgo, del cual es originaria, para que le entregaran las cenizas de su tía de 80 años, que murió por Covid-19. Otras más, en el mismo caso, han sobrevivido.
Es decir, el virus no discrimina, no tiene un perfil específico de persona en la cual entrar, pero hay abundantes casos de recuperación que no han salido a la luz por temor al estigma de haber sido contagiados de Covid-19.
La vida en el Estado de México poco a poco vuelve a la actividad física: la presencia policiaca es mayor; la gente en las calles, en su gran mayoría, porta cubrebocas, en el parque, se pueden ver entrenadores de fútbol con niñas y niños; en la cancha de básquet bol, otro entrenador de sesenta años trabaja con adolescentes de ambos sexos, la mayoría con el tapabocas puesto. Llevando a cabo una organización de cuidado entre todos, una organización en la que la salud del otro es igual de importante que la propia.
Tal vez sea este el tipo de organización que se necesita para amortiguar los efectos del virus y no políticas de terror que continúan dividiendo a la población.
Hay quienes pueden decidir cómo continuar en esta “nueva normalidad”, hay quienes no tienen la opción de elegir quedarse en casa y tienen que salir a trabajar con todos los cuidados. Algunos de ellos están generando organización en el cuidado de todos.
Todavía no existe una vacuna, ya que el proceso para implementarla tiene que ver con varias pruebas que descubran las reacciones secundarias o efectos negativos, y la OMS ha dicho que puede tardar un año más. Es imprescindible, entonces, seguir generando organización colectiva e información confiable. Usted puede acudir al sitio de consulta de la ONU www.onu.org.mx/todo-sobre-el-covid-19-2/, el cual proporciona un teléfono para erradicar los mitos y las noticias falsas. La ONU proporciona, además de sus sitios, un número de whatsapp en México, el 5531282854, el cual puede dar de alta y mantenerse mejor informado sobre las medidas de salud e higiene que debe llevar a cabo.