Apoyándose en las televisoras privadas
Por Antonio Moreno
Andrés Manuel López Obrador desde siempre ubicó a los dueños de las televisoras, Tv Azteca y Televisa, principalmente, como miembros de la “mafia del poder”. Nunca dejó de enfatizar que el duopolio televisivo le alfombraba el camino al fraude electoral y que envenenaba la conciencia de la personas.
Sin embargo, ahora nos enteramos con mucha rabia de que, en este contexto de pandemia, el gobierno decidió que las televisoras serán las que, “obligados por la situación”, se van a encargar de la educación a nuestros hijos. Este escenario se empezó a vislumbrar desde el inicio del gobierno de la 4T con el nombramiento de Esteban Moctezuma Barragán como secretario de educación pública, quien tiene claros intereses en Tv Azteca. Esta misma tendencia se viene a confirmar con la renuncia que hizo el gobierno federal de los tiempos que por ley tenía en radio y televisión, así como lo hizo Fox en su momento. Pues ahora este gobierno de “izquierda” les devuelve el negocio electoral, principalmente, a las televisoras, con todo lo que ello implica; “es que están pasando por mal momento y hay que ayudarles” (…) a fin que el gobierno necesita publicidad, dijo el presidente, palabras más palabras menos.
Ciertamente el duopolio televisivo está pasando por momento financieramente complicados, provocados principalmente porque, en pasadas modificaciones de la legislación al respecto, se prohibió la propaganda política en radio y televisión, según esto, por lo superficiales, frívolos, costosos e irritantes que resultaban ser los llamados spots con los que los partidos políticos “inundaban” las pantallas televisivas. Pues bien, la 4T volverá a este lamentable esquema que por tanto tiempo obstaculizó el progreso de conocimiento y la conciencia política en los ciudadanos, pero ampliando la perniciosa influencia mediática, ahora también, a la educación.
¿Cómo aceptar que las televisoras, que siempre se han dedicado a alimentar el consumismo social y a llenar de contenidos basura las pantallas, ahora se les dé el papel de educadoras? AMLO argumenta que los contenidos de los programas educativos no serán elaborados por las televisoras pero, ¿alguien puede dudar de que con este “modelo educativo” las empresas mediáticas continuarán induciendo, ahora con más fuerza y eficacia, el corazón de su doctrina, la doctrina capitalista: el individualismo egoísta?
Al respecto Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México destacó que “el anuncio dado a conocer en Palacio Nacional fue muy simbólico. Ahí estuvieron presentes el Ejecutivo Federal, la autoridad educativa y los representantes de las principales televisoras privadas. Pero no hubo ningún maestro y ningún alumno, lo que en sí mismo es un mensaje, pues se optó por la forma más superada e ignorante de lo que es el acto pedagógico. La SEP se convirtió en la emisora, las televisoras en las transmisoras y los niños en receptores. Es el ejemplo más claro (y radical) de educación bancaria”…
En este sentido, Paulo Freire nos explica: “La tónica de la educación bancaria es preponderantemente narrar, siempre narrar (…). La narración, cuyo sujeto es el educador, conduce a los educandos a la memorización mecánica del contenido narrado. Más aun, la narración los trasforma en “vasijas” en recipientes que deben ser “llenados” por el educador. Cuanto más se dejen “llenar” dócilmente, tanto mejor educados serán (…) En la medida en que esta visión “bancaria” de la educación anula el poder creador de los educandos o lo minimiza, estimulando así su ingenuidad y no su criticidad, satisface los intereses de los opresores”.
En verdad, lo que pretenden los opresores con la educación bancaria…”es trasformar la mentalidad de los oprimidos y no la situación que los oprime. A fin de lograr una mejor adaptación a la situación que, a la vez, permita una mejor forma de dominación”. (Simone de Beauvoir. El pensamiento político de la derecha).
“En la educación bancaria no pude haber conocimiento pues los educandos (…) No realizan ningún acto cognoscitivo, una vez que el objeto que debiera ser puesto como incidencia de su acto cognoscente es posesión del educador y no mediador de la reflexión crítica de ambos (…) La educación bancaria por razones obvias, insiste en mantener ocultas ciertas razones que explican la manera como están siendo los hombres en el mundo y, para esto, mitifican la realidad”. (Paulo Freire. Pedagogía del oprimido).
Lo anterior se puede apreciar claramente en el contexto de la pandemia. Una educación problematizadora y no bancaria, dejaría en claro que el desastre humanitario que estamos padeciendo hoy en el mundo, no es por el virus (Covid-19) en sí mismo, sino por la falta de prevención, cuando ésta era posible, y también por la ausencia de un plan global coordinado para enfrentar el virus, una vez que apareció, evitando así, confinamientos contraproducentes para las mayorías, pero convenientes para algunos pocos, muy poderosos. Sin embargo, el discurso oficial-mundial insiste en que la propagación del virus es natural.
Pues bien, esta forma de educación por televisión e internet que están planteando e impulsando la dupla gobierno-empresarios hace más radical a la llamada educación bancaria y a todo lo que trae consigo. Es por ello el llamado a la resistencia. Estas contraproducentes reformas al modelo educativo podrían ser contenidas, con relativa facilidad, en cuanto profesores y alumnos, junto con los padres de familia, lo decidieran. Los profesores de la CNTE ya plantearon su desacuerdo y anunciaron acciones; a alumnos y padres de familia no nos resta más que apoyar al magisterio consiente y combativo. Siempre habrá alternativas.
A final de cuentas, para los artífices de esta “Nueva normalidad (NN) la inteligencia no sirve más que como obstáculo para su afán totalitario. Son por ello los cambios en el modelo educativo que están intentando imponer por tiempo indefinido, para minar la inteligencia y el sentido crítico y no porque les interese la educación o la vida de las personas. Si los opresores siempre han “trabajado” para explotar y “depurar” a los sobrantes humanos de la sociedad capitalista, ¿ahora por qué están tan preocupados por nuestra educación y nuestras vidas? En realidad, de lo que se trata, es de que se muera la inteligencia (y los que le sobren al sistema) y que vivan la obediencia… las televisoras y el Facebook.