AGUSTÍN CARSTENS
Con tanta devaluación,
Agustín, ya ni la amuelas…
Ponte en zapatos y suelas
del pueblo en inanición.
En manteca y chicharrón
acabarás por cretino
porque el demonio ladino
castigará tus pecados
por tenernos bien fregados
y tú, obeso cual cochino.