Continúan dándonos atole con el dedo
Por Gonzalo Lara
A cuatro meses de la desaparición forzada de 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Isidro Burgos, Murillo Karam ya se había cansado y zanjó la investigación aferrándose a lo que llamó “la verdad histórica”, infantiloide y ridícula, según la cual los estudiantes querían interrumpir el acto politicoide de la esposa de José Luis Abarca (a las 9 de la noche), entonces fueron detenidos por la policía y entregados al grupo criminal Guerreros Unidos, quienes los confundieron con miembros de otro grupo criminal y los quemaron en un basurero. Inmediatamente después de estas declaraciones, expertos de la UNAM y de diferentes partes del mundo demostraron en el papel y en la práctica, la imposibilidad de una incineración tumultuaria a cielo abierto sin rastros evidentísimos (sin contar que esa noche llovía). Ya no vale la pena detenerse en detalles como las famosas novecientas y tantas llantas que según se usaron y no dejaron ni un manojito de alambre o los dos tráilers de madera que se habrían necesitado. El entonces procurador Murillo Karam pudo haber sido el portavoz de Baby Bush ante el extraño atentado a las torres gemelas.
Está por cumplirse un año de un hecho sin precedentes en la historia moderna de este país; y no porque la impune desaparición de decenas de personas sea algo nuevo, sino porque este hecho sí se dio a conocer en el país (no sin trabajos) y le dio la vuelta al mundo. El acto sigue impune, pero las complicidades, acciones y omisiones de los diferentes niveles de gobierno involucrados, desde el principio quedaron al descubierto y han merecido la desaprobación de diferentes organismos internacionales. La periodista Blanch Pietrich ha recordado que la intervención de un grupo de investigación internacional corrigiendo o desmintiendo una investigación policial en México, es un caso sin precedentes en América Latina. Esto no habla de que haya una apertura en las instancias de gobierno que permita que se sepa la verdad, sino de la fuerza de la protesta social y de organizaciones que no aceptan la salida fácil del peñanietismo.
En días pasados, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI) confirmó y demostró que la versión de la quema masiva de cuerpos en un basurero llevada a cabo bajo la lluvia por menos de diez personas que luego echaron las cenizas en bolsas y las tiraron en un río, es, por lo menos, una tomada de pelo. Militares y policías municipales y federales estuvieron al tanto de cada movimiento de los estudiantes desde su punto de partida. En este informe también sale a la luz un quinto autobús, del que no se había hablado antes. Los estudiantes tomaron cinco y no cuatro autobuses para ir a la marcha del 2 de octubre a la capital, y se presume que ese quinto camión contenía droga, que iba de contrabando hacia el norte y que pudo haber sido el motivo por el que los atacaran y persiguieran por horas. El IGEI halla inconsistencias graves, como la destrucción de videos o basar las conclusiones del caso en declaraciones extraídas a presuntos perpetradores, seguramente, bajo tortura. En la cima de la burla, la hermana del vicepresidente de Noticieros Televisa, que resulta ser la (dicen) procuradora de justicia de este país, Arely Gómez González, tras conocer los resultados de la investigación independiente, dice que hará una comisión que se encargará amarrar los cabos que dejó sueltos Murillo Karam. Y por cierto, ¿dónde anda ese señor? Tras verlo cansado y superado por Ayotzinapa, el equipo que controla a Peña Nieto lo manda a la sombra de una oscura secretaría: la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (?). Acaba de salir de ahí (agosto) y ahora ya no tiene fuero. ¿Será el corderito que suban al cadalso para apaciguar a Human Rights Watch, a varias organizaciones internacionales observadoras de derechos humanos, a las prensas británica y gringa que no dejan de repetir que la administración de Peña Nieto “no entiende que no entiende”?
La PGR, por supuesto, descalifica al IGEI. En el radio y la televisión (Televisa, Fórmula, TVAzteca, Grupo Imagen, Radio ACIR, etc.), la institución tiene acérrimos defensores que empuñan el micrófono a su favor. Este 24 de septiembre Peña Nieto va a reunirse con los padres de los normalistas. Será a casi un año de un hecho que, desgraciadamente, sigue siendo más normal que excepcional en el país.