Por Pedro Echeverría V.
Dicen que El Chapo Guzmán es uno de los grandes traficantes de droga en todo el mundo. Se publica además que por los miles de millones de dólares que posee es uno de los hombres más ricos del mundo y que figura en alto lugar en la lista de los más adinerados de Forbes. Además que en dos ocasiones se ha escapado de prisiones de alta seguridad. Por las indiscutibles aventuras en las que ha salido triunfante parece que el tipo posee una enorme capacidad para hacer dinero, acumularlo y utilizarlo para fugarse de la prisión como si fuera el gran Houdini, conocido mago del escapismo.
Parece que El Chapo es un personaje mucho más inteligente que los altos gobernantes y más astuto que el aparatote de seguridad nacional. ¿Cómo distribuye la droga para llegar a ser un personaje de los más ricos del mundo? Él no funciona con chiquilladas sino va directamente a la cabeza de los países; no vende mil pesos de droga, sino miles de millones a quienes mandan y deciden en cada país.
Si como pasan por México las miles de toneladas de droga que vienen desde Colombia y van hasta los Estados Unidos, pasaran con la misma libertad los miserables trabajadores de Guatemala, El Salvador, Honduras pues algo se compensaría; pero no, a los trabajadores de Centroamérica se les trata como delincuentes por el gobierno mexicano y la droga pasa con enorme facilidad. ¿No está claro entonces que el narcotráfico ha penetrado con profundidad en las más altas esferas del gobierno mexicano asociado estrechamente con los introductores de la droga de los EEUU? Por ello el Chapo mantiene una protección en los más altos niveles.
¿Cuántos cientos de pequeños vendedores de droga están en la cárcel por falta de dinero para repartir entre policías, carceleros y funcionarios tal como se practica en México? En las prisiones de México hay unos 300 mil pobres acusados de los delitos más ridículos -como robar un pan- y habrá unos 50 auténticos defraudadores y asesinos que están tramitando su salida. El Chapo, como personaje que está muy arriba de todos, no pierde el tiempo en abogados y trámites legaloides burocráticos; simplemente sabe –como dicen por aquí- que “con dinero baila el perro” y no hay gobernante que resista “un cañonazo de millones de dólares”.
El Chapo –según ha dicho- ha extendido su negocio en por lo menos tres continentes y en grandes urbes como París y continúa ganando mucho dinero. Mientras que el presidente Peña y su pareja organizan una caravana de paseo a París con más 200 políticos, empresarios y militares, dilapidando inmensas cantidades de dinero del presupuesto público. Estos viajes a saludar a la reina inglesa y luego a ver el desfile conmemorativo de la revolución francesa, hacen recordar al otro presidente del Estado de México López Mateos (1958-64) que el pueblo bautizó como López “Paseos” por sus continuos viajes al extranjero que en nada beneficiaron a México.
¿Cuántos franchutes, gachupines y, gringos, se cuelgan de los pantalones de los mandatarios o de los reyes que han visitado México como viaje de placer? Son una ridiculez de lo más bajo y más ruin esas “visitas presidenciales” que acaban en simples paseíllos turísticos. ¿Podríamos olvidar cuando López Portillo en 1978 o 1979 –en pleno auge petrolero- llevó varios aviones de funcionarios, empresarios, hasta “intelectuales”, a España para “encontrar sus orígenes” de churumbel en “su Madre… Patria”? En tanto los maestros en nuestras marchas y luchas enseñamos dignidad; los excursionistas a Londres y París enseñan sumisión y vasallaje.
Parece que a la joven pareja que habita Los Pinos e hijos que la acompañan, no los dejan disfrutar al 100 por ciento sus viajes. En su anterior salida se dio la denuncia contra la Casa Blanca del Paseo de Reforma y la construcción del FFCC de Querétaro les descompuso el tour. Ahora, cuando todavía estaban en el avión a París los sorprenden con la huida del Chapo Guzmán. ¿Qué tal si tiene que ver con una cábala que entre algunos años estemos comentando como historia?