Por A.M.
Un Estado fallido se caracteriza por su fracaso social, político y económico. Por tener un gobierno débil e ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio, por no poder proveer integra y eficazmente servicios básicos a la población, por presentar altos niveles de corrupción, de criminalidad, de refugiados y desplazados, así como una marcada degradación económica: Con la anterior caracterización podemos afirmar no retóricamente, que México se encuentra a un paso de convertirse, o es ya, en un estado fallido, ya que las instituciones estatales no operan eficazmente, ni tampoco promueven la participación de los miembros de la sociedad.
En lo social, el fracaso del Estado se observa claramente en la ruptura de lo que se conoce como ‘tejido social’; en la falta de solidaridad que existe entre sus miembros, consecuencia directa de la estreches económica, provocada por las eternas crisis, se observa también en la cada vez más frecuente desintegración familiar, en la creciente ausencia de relaciones entre las familias y vecinos, en la débil relación entre grupos juveniles, estudiantiles o laborales, todo ello, en buena medida, por la cada vez mayor y creciente inseguridad, se ha provocado la atomización social, por lo cual, se hace mas complicada la unión y cooperación entre los miembros de la sociedad; el insuficiente apoyo a los padres de los normalistas desaparecidos es muestra de ello.
En lo político, tenemos procesos electorales viciados de origen con un sistema de partidos putrefacto hasta la médula, miembros destacados de las cúpulas partidista coludidos con la delincuencia organizada, o contratando mujeres jóvenes para servicios sexuales personales, como fue el caso de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex líder del PRI en la Ciudad de México, a punto de ser exonerado de los delitos de trata de mujeres, uso indebido del presupuesto, delincuencia organizada, etc. Y con su gente operando y candidateándose. Un partido verde ecologista, negocio familiar que le da buenos resultados electorales al PRI; ahora cometiendo irregularidad y media para los comicios de junio próximo con dinero del presupuesto y con la anuencia del INE, que le permite continuar engañando con ilegal publicidad televisiva. A su vez el Tribunal Electoral exculpa a Enrique Peña Nieto por caso Monex, negando la existencia de pruebas del financiamiento paralelo para la coacción del voto en las elecciones de 2012, que llevaron ilegalmente a Peña a la presidencia de la república. El INE se encuentra en unas crisis de legitimidad, debido a que esta siendo acusado por la mayoría de los partidos políticos, de ser parcial a favor del PRI y del Verde. Un panorama bastante desolador.
Y en lo económico, el gobierno de Peña nieto hace todo lo contrario de lo que la propia teoría económica dicta; por ejemplo, mientras la teoría económica refiere la disminución de impuestos para aumentar el consumo, en México se hace lo contrario, se aumentan impuestos y se incrementan los precios de bienes y servicios de la canasta básica, reduciendo el poder de compra de estos productos y de bienes más especializados, contribuyendo en gran medida a reprimir dicho consumo. El discurso oficial niega lo innegable, creyendo, tal vez, que todos los mexicanos somos igual de ignorantes que nuestros gobernantes y que no podemos darnos cuenta que nos mienten, otra vez.
Ante esta realidad, seria conveniente preguntarnos si la autoridad está induciendo de manera consiente el deterioro del orden que el Estado debe garantizar. Que sea el propio gobierno el que asesina y desaparece estudiantes, que mande a sus soldados a recibir entrenamiento en E.U, que autoridades de México y E.U permitan la introducción de miles de armas de manera ilegal a territorio mexicano (operativo rápido y furioso), con las cuales se asesina a inocentes- (Villas de Salvarcar), que no haga nada por encontrar a los miles y miles de desaparecidos, y que sea la propia gente afectada la que se encargue de buscar y encontrar a sus familiares, o que hoy, Enrique Peña Nieto este proponiendo, entre otros, a Eduardo Medina Mora para ocupar un espacio en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, todo sin olvidar que, para no variar, Medina Mora es cercano a la principal televisora, Televisa, y digo, para no variar, por que tampoco hay que olvidar que la nueva procuradora y tal vez, futura fiscal de la nación, Arely Gómez es hermana del Vicepresidente de noticieros de Televisa Leopoldo Gómez, con todo lo que eso significa.