Por Vulgo Culto
Recientemente Isabel Miranda de Wallace y su asociación ‘Alto al Secuestro’, pidieron que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) abandone el caso Ayotzinapa, argumentando supuesto conflicto de intereses.
Su argumento, si se le puede llamar así a las palabras cuando son amañadas, es que Emilio Álvarez Icaza, quien es Secretario Ejecutivo de la CIDH, es mexicano. Hága usted el grandísimo fabrón cabor.
La Wallace acusa a Álvarez Icaza de que en su momento ha sido “propuesto” por el PRD para ocupar el cargo, aunque nunca ha pertenecido a ese nefasto partido. Pero no dice nada de que ella ha sido postulada por el PAN como candidata a delegada y no por eso alguien la acusa de ser panista. O sea, ella si puede pero los demás no. Su calidad moral es inmaculada, pero Icaza no tiene su bendición.
No es la primera vez que Miranda de Wallace se presta para golpear mediáticamente movimientos sociales organizados, como cuando en 2011 descalificó el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabezó el poeta Javier Sicilia, y que recorrió todo el territorio nacional y parte de Estados Unidos exigiéndole al enano Calderón que cesara su guerra contra el narco.
Lo que no se dice pero está visto, es que la Wallace está siendo usada por el gobierno federal para meterle ruido al chicharrón con difamaciones que desprestigien al grupo de expertos argentinos porque desmintieron la “verdad histórica” de ‘El Cansado’ Jesús Murillo Karam cuando capitaneaba el peor de los carteles de la delincuencia organizada: la PGR.
Isabel Miranda es (o había sido) una persona reconocida por su alta calidad moral por no haberse dejado vencer por los obstáculos que le pusieron las mismas autoridades cuando un grupo de (per)judiciales secuestraron y mataron a su hijo, ella no cejó en sus investigaciones por su cuenta hasta que dio con los responsables. Pero cabe mencionar –sin demeritar su causa- que mucho le ayudó ser una mujer con harta lana que contó con los recursos y tiene los contactos, para recibir apoyos y asesorías necesarias para su investigación, cosa que los papás de los normalistas no tienen porque en su mayoría son campesinos pobres, aunque en la tele y en la radio los paranoico-esquizofrénicos periodistas mercenarios los acusen falsamente de que reciben dinero a montones, hasta para financiar levantamientos, bueno fuera.
Sin embargo, después de todo no es tan extraño que está señora ponga en riesgo su dignidad al prestarse al juego perverso de Peña ‘Topete’ Nieto, pues a final de cuentas la Wallace defiende los intereses de la clase a la que pertenece: los de arriba, aunque le hayan matado al hijo.
Para muestra basta un botón: en un debate que tuvo en televisión con la periodista Denise Dresser, la presidenta de ‘Alto al Secuestro’ se presentó con un montón de papeles a sabiendas de que nadie puede leer tanto documento en un debate porque el tiempo en TV siempre es limitado. Igualito que el ‘Jefe de jefes’ Diego Fernández de Ceballos cuando debatía públicamente con AMLO y se sacaba hojas y hojas debajo de la barba de vagabundo, nomás para apantallar. La Wallace se hacía la loca ante los cuestionamientos de la Dresser, quien tampoco logró confrontarla con sus propias contradicciones, pero si al menos le dijo directamente que «traía agenda» (o sea línea de arriba) para enturbiar las aguas, Wallace al fin astuta se comportó escurridiza, pero la astucia es un recurso de los poco inteligentes para evadir lo que no conocen.
El Gobierno hace un año no tuvo más remedio que invitar a la CIDH a que viniera a México a investigar el caso para que no lo incluyeran en la lista de los gobiernos más violadores de derechos humanos en el mundo. Ahora ya también invitó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Hussein, a que venga como observador y le haga seguimiento al caso, al rato cuando no le guste lo que observe ¿Buscará otro porro para que descalifique lo que diga su reporte? Por lo pronto el presidente Topete fue a curarse en salud a la ONU y aprovechó el viaje para echar un bonito rollo alertando al mundo que los populistas comen niños, toman mujeres y cocinan en tamales a sus enemigos. ¡Uy que meyo!
