Ante los ataques de Estado
Resumen por Sirahuén Millán
Afectados por los múltiples alcances negativos de las reformas estructurales impulsadas por el gobierno de Peña Nieto y los sectores empresariales nacionales y extranjeros presentes en la entidad, decenas de asociaciones civiles oaxaqueñas están conformando un frente común de resistencia.
Tras la embestida gubernamental-privada contra el movimiento magisterial, campesinos, estudiantes, sindicatos, jubilados, médicos, profesores, amas de casa y colectivos de activistas, se están aglutinando para organizarse bajo el llamado de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Con la experiencia aprendida por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en el 2006, los maestros, del brazo de distintas agrupaciones, han conformado ahora el Frente Único de Lucha (FUL).
Hubo un congreso para su constitución, y ahí se determinó que se diera el Frente Único de Lucha rumbo a la reconstitución de la APPO, según documentó la revista Contralínea.
En Oaxaca se maneja como FUL, como APPO, y hay quienes le dicen Fulappo.
Después de los golpes asestados por gobierno local y federal en julio contra la Sección 22, a principios de agosto la renaciente asamblea-frente popular cuenta con, por lo menos, 68 organizaciones y cada semana se suman nuevos grupos.
El punto común es la rabia ante la injusticia. Eso y los efectos de las reformas y las políticas gubernamentales tendientes a favorecer al capital están motivando el levantamiento organizado de cada vez más personas no necesariamente ligadas al problema magisterial.
La estructura que se está creando es un cúmulo de organizaciones que al llamado de la CNTE se están aglutinando bajo un interés común, que al día de hoy es el tema de las reformas estructurales que están afectando a todos. Se podrá llamar a todos los referentes, incluyendo a los presidentes municipales quienes tengan a bien sumarse, como lo hicieron en 2006.
El objetivo es reforzar la base social, organizarla en una sola fuerza. La Sección 22 impulsa el aglutinamiento, pero no manda.
Las asambleas se llevan a cabo en el auditorio del Centro de Estudios Políticos y Sindicales (Cepos), son arbitradas por representantes de la Sección 22, pero la dinámica de los debates, sus contenidos y resoluciones surgen en su totalidad de los asistentes.
Todo se somete a votación. Si hay uno que considera que las participaciones deben ser reducidas, se vota; si alguien dice que “ningún reloj debe limitar las intervenciones”, se vota. Si tal propuesta debe anexarse al acta, también se vota; si una palabra está de más, también.
Para la nueva conjugación de fuerzas sociales; las marchas, mítines y pronunciamientos emanados de ella trascienden la crisis magisterial y se expanden hacia diversos problemas en el estado, en el país. La CNTE apoya y a la vez recibe respaldo de asociaciones fuera de su movimiento.
Respecto de la guerrilla, nunca ha existido algún acercamiento de la Sección 22 con algún grupo político armado.
Como movimiento, su lucha es de resistencia civil pacífica, con sus mecanismos: marchando, denunciando, haciendo mítines; bloqueamos, pero nunca, nunca, este movimiento ha sido o pudiera ser un movimiento armado.
Con información de Contralínea