Por Micol Meghnagi
Fuentes: https://www.sinpermiso.info
En marzo de 2023, en París, veinte grupos judíos de catorce países europeos se reunieron por vez primera durante una conferencia internacional organizada en solidaridad con Palestina. A partir de ahí, decidieron unirse en una vía común, formalizada en septiembre de 2024 como Red de Judíos Europeos por Palestina (JEP).
Entre sus filas se encuentran el Bund Judío, con sede en Berlín, y la francesa Tsedek (“Justicia” en hebreo), que han encabezado importantes manifestaciones en los últimos meses pidiendo el fin de los ataques militares israelíes contra Gaza. Incluyen también incluyen a una organización judía italiana, el Laboratorio Judío Antirracista (LEA), activa a nivel popular desde 2020, que aboga por el fin del apartheid en Palestina y que lleva pidiendo un alto el fuego en Gaza desde el 7 de octubre.
Entre las iniciativas de LEA figura la recogida de más de 160.000 firmas, entregadas al presidente Sergio Mattarella en enero de 2024, en una petición que exige que las instituciones italianas adopten una postura clara contra las políticas de Netanyahu.
El acto oficial de presentación de Judíos Europeos por Palestina tuvo lugar la semana pasada en las oficinas del Parlamento Europeo en Bruselas, siguiendo los pasos del grupo estadounidense Jewish Voice for Peace (Voz Judía por la Paz). El acto estuvo organizado por tres eurodiputados, Marc Bottenga (La Izquierda, Bélgica), Mounir Stouri (Verdes/ALE, Francia) y Hanna Jalloul (S&D, España), y contó con la presencia de varios representantes de organizaciones antirracistas de la sociedad civil europea y palestina.
La fecha del 3 de octubre se eligió por su significado: coincide con el comienzo del Año Nuevo judío, Rosh Hashaná, que marca el año 5785 en el calendario judío. «Marcamos este importante momento del calendario judío con un mensaje de solidaridad con el pueblo palestino y un llamamiento para poner fin al genocidio de Gaza y a los crímenes de guerra de Israel», declaró Gabi Kaplan, coportavoz de EJP y miembro del grupo danés Judíos por una Paz Justa, durante el discurso de apertura.
Y añadió: «Sentimos la necesidad de organizarnos colectivamente como judíos para expresar nuestra oposición al genocidio y la limpieza étnica, la ocupación colonial y el apartheid de Israel en Palestina». Durante la reunión, los oradores denunciaron la «cínica equiparación de antisionismo y antisemitismo», sin restar importancia a «los crecientes y reales peligros del antisemitismo contemporáneo».
JEP se basa en «el compromiso de contrarrestar el odio antijudío dondequiera que se manifieste», pero también «su explotación», en concreto la definición de antisemitismo de la IHRA, que «reprime la disidencia y silencia toda crítica a Israel».
Se refiere a la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), una organización intergubernamental creada a finales de la década de 1990 para promover el recuerdo del Holocausto. En 2016, su asamblea plenaria aprobó y publicó una definición de antisemitismo en 11 puntos, siete de los cuales tienen que ver con las actitudes hacia Israel.
En 2016, su asamblea plenaria aprobó y publicó una definición de antisemitismo en 11 puntos, siete de los cuales tienen que ver con las actitudes respecto a Israel. En pocos años, la definición se ha convertido en jurídicamente vinculante en muchos países europeos (nada menos que en 29), a pesar de que existen otras definiciones, como la Declaración de Jerusalén, redactada por académicos judíos de la diáspora e israelíes que mantienen una postura abierta a las críticas a Israel.
Las organizaciones judías que componen el JEP se han visto tachadas de antisemitas en sus países de origen respectivos y aisladas. De ahí la necesidad de trabajar en red con otras organizaciones, porque «a pesar del genocidio de Gaza, quienes están a la cabeza de las organizaciones judías europeas siguen apoyando sin críticas al Estado de Israel», declara JEP en su documento fundacional, «y pretenden hablar en nombre de todos los judíos, ignorando y silenciando la creciente disidencia dentro de las comunidades». «No somos tan marginales como pretenden. Desde octubre del año pasado, cientos de miles de judíos de todo el mundo han salido a la calle contra la guerra bajo el lema ‘En mi nombre, no’», concluye Kaplan.
JEP rechaza «la centralización de la vida judía en torno al Estado de Israel» y en su lugar busca «crear comunidad en todas partes, más allá de las fronteras nacionales y las tradiciones coloniales», declaró Eleonore Bronstein, del grupo belga Ajab y De-Colonizer, durante el acto inaugural que tuvo lugar en Bruselas.
«Construimos nuestro judaísmo tendiendo puentes. Y precisamente porque somos judíos, orgullosos de nuestra historia, hijos y nietos de exterminados y perseguidos, estamos inequívocamente con el pueblo palestino». La red reclama «igualdad de derechos para todos en la Palestina histórica, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo» y un «futuro digno de justicia y libertad». La primera batalla concreta es la lucha por detener los envíos de armas occidentales a Israel: «Las atrocidades que se cometen en Palestina se llevan a cabo con la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea….No podemos ocuparnos de la Nakba en curso en Palestina sin echar un vistazo a la actitud colonial aquí mismo, en nuestros propios países».
Micol Meghnagi es asesora parlamentaria en la Cámara de los Diputados italiana, especialista en conflictos de Oriente Medio y la cuestión palestino-israelí. Licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad de Roma Tre, amplió estudios en la London School of Economics y ha sido profesora en la Universidad Hebrea de Jerusalén.