Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
De las mudas masculinas con la no primera dama a las mudas femeninas con el primer damo, la mudanza presidencial del presidente con la presidenta de manera doméstica y domiciliaria es el protocolo de la transición del poder, a todo modo, con la investidura presidencial.
Del Estado-Obrador al Estado-Yo Claudia, lo mismo de antes inmediato con lo diferente mediato, no hay todavía algo distinto en el poder que se tiene, a todo modo, en el último día de septiembre y en el primer día de octubre, esperando una postura que sea de la presidenta y que no sea un impostura del presidente, así la posibilidad del relevo que no sea la gravedad del relevado con una alta popularidad que lo sostenga junto a la Historia Patria de La Chingada, porque la ruindad (de y en) el transformismo ha sido para destruir-construir la ruindad de la ética y miserabilidad de la moral en el país de las sombras espectrales, siendo y haciendo el final sin final transexenal en la prosperidad compartida con el presente que viene del pasado reciente del poder, a todo modo, en el hombre presidente y en la mujer presidenta.
Cornelius Castoriadis, se pregunta en, “El avance de la insignificancia”, por sí existe una respuesta, la siguiente interrogante:
“¿Cómo y por qué se produce y se mantiene esa fantástica ceguera voluntaria de las poblaciones occidentales ante las virtualidades monstruosas que, evidentemente, conlleva este estado de los hechos?”
Este estado de los hechos es, evidentemente, el Estado-Obrador, con sus monstruosas virtualidades que son las virtudes del Presidencialismo-Presidente, Fox con la biblioteca y la ballena, Calderón con la estela de luz memorial del Estado-narco con la guerra mortal, Peña con la casa blanca y los muchachos de Ayotzinapa, apadrinados por “El Padrino” del Gral. Cienfuegos, Obrador y la ruindad (de y en) el transformismo de la 4T, del neoliberalismo al pos(t)neoliberalismo, autoritario y conservador sobre el territorio del cementerio nacional.