Por Nino Gallegos, para APIAvirtual
“Hay formas que no se extinguen, que cambian, se cargan y se vacían de significados según las ocasiones”. Roberto Calasso.
La forma de la transformación como una forma de gobierno mediante, mediática y fácticamente el proceso electoral como una forma tsunámica que se posicionó y posesionó, a conveniencia, de una supuesta democracia directa y participativa, a mano alzada, del pueblo bueno y sabio con primero los pobres, pasando del neoliberalismo al pos(t)neoiliberalismo autoritario y conservador en un escenario de Las Mañaneras, a título personal con la investidura y la réplica presidencial, con la forma de la transformación al Estado-Obrador, porque el Presidente no se pertenecía a sí mismo sino al pueblo, quedando el pueblo como siempre se ha quedado: como pueblo.
Se dice y es un decir en lo que está sucediendo ahora: un golpe de Estado-blando por el Estado-Obrador, la 4T y MoReNa, cuando es la forma misma de la transformación en el antiguo, viejo y renovado régimen político, económico, social, cultural e histórico, como lo de los vinos nuevos-corrompidos en odres viejos bajo las tormentas de mierda, de lodo y de sangre.
La forma no es el fondo, siéndose y haciéndose la transformación de la forma presidencial, presidencialista, paternalista, autoritaria y conservadora de la ética como guía y de la cartilla como autoridad moral en la persona, la personificación-representación y en el personaje virtual de la real politik: ser y hacer el poder, a todo modo, de la forma presidencial al presidencialismo antiguo, viejo y renovado para sí mismo en un régimen de abrazos con balazos (de y para) los vivos, los sobrevivientes, los muertos, los desconocidos, los feminicidios y los desaparecidos (de y en) una “democracia” autoritaria, corrupta e impune, violenta y criminal, blindada por el ejército nacional y el narcosicariato territorial.
(De y para) la forma en la transformación, los humanos como los mexicanos, Jordi Sevilla:
“Los humanos de hoy tenemos una calidad de vida y unas expectativas infinitamente mejores que ninguna generación anterior. A pesar de ser muchos más. Pero en la gestión de los asuntos personales y sociales seguimos anclados en épocas pasadas: la naturaleza humana no parece haber cambiado tanto y sigue dominada por las pasiones (lo irracional) y la confrontación (lo que nos separa)”.
La forma de la vida como la naturaleza humana, del cambio natural a la transformación artificial, no es racional por lo irracional, más por logístico de la cantidad que por la lógica de la calidad en relación a la calidad de vida que en la biopsicopolítica se trasuntan las pasiones psicopatológicas por el poder, a todo modo, sea el biopoder sobre el sujeto humano como objeto reproducido de la forma en la transformación como la interpretación, puesta y expuesta la noción pragmática y dogmática de que no se ha tratado de interpretar sino de transformar el mundo en lo que Roberto Calasso observa:
“Con los transhumanistas, la sociedad experimental se acerca a su forma última y perfecta: no experimentar solo sobre sí misma, en cuanto entidad omnicomprensiva, sino sobre cada uno de sus componentes, por minúsculos que sean”.
La relación y/o la conexión de la forma a la transformación, “según las ocasiones”, “por minúscul@s que sean”, son y serán los componentes tecnochips-electrónicos en que la forma última es y será un ultimátum para el ser humano en su condición humana ante la transformación sobrehumanamente inhumana, totalitaria y humaniutilitarista.
México, en el país de las sombras espectrales, no ha sido ni es la forma (de y para) la transformación, porque es rudimentariamente humaniutilitarista y autocrático, iliberal y conservador, el fierro de la propiedad y la heredad es la marca-sobre-la marca transexenal en la continuidad-discontinuidad del poder, a todo modo, siendo y haciendo ¿el estado-obrador como hacedor empírico y tóxico y el estado-yo claudia como hacedora científica y ambientalista?, porque la forma de la creación es la destrucción y la reconstrucción de un estado patriarcal a un estadomatriarcal en su simplejasituación-condición-posición de una estructura ausente en la 4T como base de la miserabilidad y la ruindad políticas, económicas, sociales, culturales e históricas.
En algún lugar, alguna parte y algún sitio de La estructura ausente, de Umberto Eco, piensa, dice y escribe:
“Quede claro que desde nuestro punto de vista, no tendríamos ninguna dificultad para aceptar una perspectiva como ésta; si sostenemos que los modelos estructurales son puras falsificaciones. Operativas, precisamente es porque creemos que la realidad es más rica y contradictoria de lo que indican los modelos estructurales. Pero hay maneras y maneras de hacer esta afirmación. Lo que quiere decir que hay filosofía y filosofía. Lo cual a su vez quiere decir que cada Filosofía oculta una ideología. Se puede hacer esta afirmación entendiendo que, dado que la realidad es incognoscible, la única manera de conocerla es ‘transformándola’; en este sentido, los modelos estructuras son un instrumento de la praxis. Y se puede hacer esta afirmación entendiendo que, dado que la realidad es incognoscible, la misión del conocimiento es la de manipular sus falsificaciones para contemplar lo más cerca posible el Origen misterioso de esta realidad contradictoria que se nos escapa”.
De acuerdo o no a la riqueza y/o a la pobreza de la realidad -esplendente y/o decadente- en el ejemplo paradigmático y estigmático de la Reforma Judicial es la forma constitucional por la conjunción operativa del ejecutivo y el legislativo en el judicial del poder omnímodo, a todo modo, de la posición a favor y de la oposición en contra, la legalidad y/o la ilegalidad es la corrupción y la impunidad autoritaria, quedando latente y lamentablemente, la violencia y la criminalidad, como control y manipulación de lo fáctico, lo mediático y lo real del Estado-Obrador nacional y el Narcosicariato territorial accionan la seguridad y la soberanía -insegura- a favor del Ejército y en contra del Ciudadano, puesto que el Soberano Constitucional es el Presidencialismo, y no, el Pueblo como ente ontológico existente y/o inexistente operacional y emocional de la fuerzas vivas y/o muertas del renovado régimen político con la fascia en el país de las sombras espectrales que es la cara descarada y el rostro desenrostrado del Estado-Obrador por la vía transexenal de la continuidad y/o la discontinuidad del Estado-Yo Claudia, “dado que la realidad es incognoscible, la misión del conocimiento es la de manipular sus falsificaciones para contemplar lo más cerca posible el Origen misterioso de esta realidad contradictoria que se nos escapa” y se va en lo que viene entre el porvenir y el peorvenir de la prosperidad compartida en el país de las sombras espectrales.