(ciega y sin rostro)
Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
La balanza con el peso y el contrapeso en el equilibrio del justo medio de la ética y la moral en la verdad, la ley y la justicia, porque lo judicial es lo corrupto y lo impune, lo violento y lo criminal en el país de las sombras espectrales con los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los desconocidos, los feminicidios con los desaparecidos, porque después de 24 años que no son nada, nadie y alguien más que el Estado-Obrador, el tálamo del amor es el túmulo del odio, porque eso de lo bueno, lo sabio y lo pobre es como eso de que la muerte tiene permiso, por qué no, también, la justicia, es lo que ha venido sucediendo todos estos años pasados y presentes que para los años futuros es como vivir de lo dado cada dos meses para sobrellevar la sombra cargando el cuerpo con los huesos cardios, el corazón y la memoria en la justicia que no es más que la verdad mentida con la incierta esperanza de que nos sea aplicada y cumplida, como cuando Justino les dijo a los que le escucharon decir:
¡Diles que no me maten! “Entonces pensó que no tenía nada más que decir, que tendría que buscar la esperanza en algún otro lado. Dejó caer otra vez los brazos y entró en las primeras casas del pueblo en medio de aquellos cuatro hombres oscurecidos por el color negro de la noche”.