Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Para lo que falta del sexenio presente (1)
Para lo que falta del sexenio presente y lo que sobra para el sexenio que viene y quedando para el pasado reciente, no hay nada ni nadie más que alguien como el presidente, dejando la corrupción para la impunidad y la violencia para la criminalidad, porque si se rompen o si se rasgan, un roto para una cosida, la investidura presidencial, patriarcal y matriarcal, de seda, se viste, porque el patrón del sastre, ¿debe serse y hacerse?, la patrona de la sastrería, porque no es lo mismo el pantalón guango del presidente que la falda ajustada de la presidenta, cabrones-as e hijos de La Chingada.
La vieja y la joven presidencia (2)
‘‘Nuestro modelo de gobierno puede ser ejemplo en el mundo’’, del Dr. José Ramón de la Fuente, aunque bien redondeada la frase ejemplar y neutral, no ha sido el gobierno del Estado-Obrador y el Estado-Yo Claudia está por venir, porque el modelo de gobierno actual en el país de las sombras espectrales con los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los desconocidos, los feminicidios y los desaparecidos está(n) en la continuidad-discontinuidad del presidencialismo con la vieja y la joven presidencia 2000-2024-2030, no sabiéndose y no conociéndose cuál es el modelo de gobierno (que) puede ser ejemplo en el mundo, porque el Estado-Obrador con la 4T terminó con el neoliberalismo y se siguió con el pos(t)neoliberalismo autoritario y conservador, por la izquierda de la derecha hasta que se-sepa y se conozca lo de la prosperidad compartida con el Estado-Yo Claudia.
El abstruso y el obtuso (3)
Lo que se veía claro y público se transformó mañaneramente oscuro, siendo lo claro y haciendo lo oscuro en el claroscuro de la persona a la personalidad en la investidura presidencial con la 4T del Estado-Obrador, porque, presidencialmente, no era el Presidente de todos los mexicanos, así como a semanas de la elección presidencial, sabe que se va ir no siendo el expresidente de todos los mexicanos, porque el abstruso y el obtuso con el poder, a todo modo, le avivó el rencor en la persona y en la personalidad, porque venía dañado de antes con los mismos y los diferentes de ahora, siendo y haciendo más de tripas que de corazón, entrándole la perversidad y el cinismo por los oídos y saliéndole por la boca, que, en lugar de escuchar a los muertos con los ojos, los enterró para desaparecerlos en el país de las sombras espectrales.
Por fin, ¿el final sin final? (4)
Si fuese optimista sería equilibrista con y sobre la cuerda al cuello, no para andar colgado entre el pasado reciente y el presente muriente, acaso en el ocaso y el caos de un fracaso que venció a los derrotados moralmente, no parando por el filo de los dientes cortando los labios hasta sangrar la lengua por la boca llena de muertos para rellenar los camposantos con los cementerios de fosas clandestinas y comunes con las rojas rosas negras sangrientas que nos tropiezan cuando hemos saltado al vacío lleno de mierda, lodo y sangre, negándome a mí mismo la otredad de la gente y los demás, de los otros y nosotros tan buenos y sabios como un pueblo de pobres en las hondonadas y quebradas de la riqueza, colgando hasta allá más bajo la cuerda para jalarlos más arriba de la incertidumbre y la desesperanza con el bienestar de no saber dónde estuvo, está y estará el resuello para respirar de la corrupción la impunidad y de la violencia la criminalidad de esos buenos hijos de La Chingada, es lo que Agripina de Luvina sabe y todavía se pregunta ¿qué pinche país es este de paso al Norte, del tren en el Sur y del Oeste con los fierros de Narcosicariato?, mientras el machuchón en el país de las sombras espectrales está llevándose la pantalla y el atril para colgarlos con él sobre la hamaca entre el árbol de la vida y el árbol de la muerte en la finca de La Chingada.