Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Leyendo el ensayo “La cultura en México presente y porvenir” de Argel Gómez Concheiro en La Jornada Semanal, no deja de serse y hacerse a lo que la 4T con la revolución de las conciencias y el humanismo mexicano, hizo y deshizo, y que no creó y que sí destruyó en el arte y en la cultura en el país de las sombras espectrales, pasando de lo mismo a lo diferente, los privilegiados de antes, no son los privilegiados de ahora, diferenciándose con el nacionalismo revolucionario inexistente sin la revolución de las conciencias y sin el humanismo mexicano, siéndose, haciéndose y recreándose nomás en los advenedizos privilegios que siempre han existido, representando, y no, significando, lo que del arte callejero había sido la resistencia cultural ante el arte y la cultura oficial del pasado con el presente del prianismoperredismo-morenismo en la burocracia cultural en el DF como en la CDMX y en la linda república de las letras, el arte popular y la cultura de élite de lo colectivo a lo comunitario del autoritarismo austero, iliberal y conservador para el flujo-eructo-reflujo del Estado-Obrador y la Secretaria de Cultura.
Para Argel Gómez Concheiro, ha sido y es lo siguiente:
“La diferencia es radical, pues al sustituir las políticas de privilegios para una élite intelectual y artística por el objetivo de garantizar los derechos culturales de todas y todos, no sólo se ha procurado un acceso más democrático a las diversas manifestaciones artísticas, sino que se ha reivindicado lo propio, renovando un orgullo por la producción cultural y artística del pueblo mexicano”.
Pensador y hacedor publipropagandístico de lo único en el Estado-Obrador, AGC, catequista-obradorista con la guía ética del arte y la cartilla moral de la cultura, lo de no hay más 4T que la nuestra de, no lo fue, no lo es y no lo será en el arte y en la cultura, porque para serla y hacerla más con la cantidad que con la calidad para eso el turismo cultural con la danza de los vivos con los muertos y los desaparecidos entre abrazos y balazos, en lo que Juan Rulfo y Jaime Sabines se chupan unos alcoholes con Delicados, en lo que Gerardo Ochoa Sandy:
“Alejandra Frausto se comprometió a apoyar las industrias culturales, tanto en su folleto El poder de la cultura de 2018, como en el “objetivo prioritario 5” del Programa Sectorial Cultura 2020-2024. Ya sabemos que no cumplió. Lo que le importó a la 4T fueron los shows gratuitos en el Zócalo para beneficio de la candidata del presidente, la falsa “tradición” de los “desfiles” de Día de Muertos, una espeluznante réplica en triplay, plástico reciclado y fibra de vidrio del Templo Mayor, el concierto anual en el Auditorio Nacional que mal disimula el infortunio del programa de cultura comunitaria, la elitista pasarela de moda Original que se aprovecha de los diseños indígenas, los obsequios y remates de libros sin ton ni son, los somníferos fandangos de lectura, y tantas otras menudencias que no forman públicos, ni alientan el consumo cultural y, en consecuencia, a las industrias. La todavía titular de la secretaría de Cultura no aprovechó los espacios idóneos que tenía a su disposición: la infraestructura cultural estatal, las bibliotecas, las zonas y sitios arqueológicos, los museos, más los zócalos, plazas, jardines, y tantos más. La propia SEP desdeñó sus aulas. En este sexenio, y al respecto de este punto en concreto, la palabreja “transversalidad”, confirmó ser lo que es: una gran simulación. La elemental colaboración institucional entre ambas secretarías para que, por el bien de todos, desde el nivel preescolar, se cultivara el aprecio por la cultura, involucrándose a los padres de familia, no les importó.¿Las industrias culturales serán al fin tomadas en cuenta por el próximo gobierno? “
Serse y hacerse lo que en la representación no es la significación en el arte y la secretaría de cultura, la simulación y el simulacro, han sido y son la doble herramienta de una infraestructura material e inmaterial abiertamente cerrada a una élite de lo popular para verse en el camafeo del bajo y el alto relieve en la mediocre-medianía con una política cultural, en turno, sexenal.
El Estado Cultural para el Estado-Obrador ha lucido más que para presumir la 4T de lo que en la acumulación y en la desposesión es la apropiación más de lo ajeno de lo no propio con lo sucedáneo en la pobreza de la cultura y la neófita burocracia cultural, de(s)preciando lo antiguo y lo moderno en lo social y en lo estético con la revolución de las conciencias y el humanismo mexicano, ambiguamente, pos(t)neoliberales y neocoloniales: los vencedores han sido tan creativos como los perdedores creativos porque no son iguales en la política cultural de la Tabla Roca desde el Templo Mayor a Chapultepec, naturaleza y cultura, siguiendo la ruta férrea del Tren Maya sobre lo plano y con un gran impacto ecoambiental espectacular, ruinosamente, turístico cultural.
Entre la historia y la cultura mexicana, el presidencialismo, siempre se ha proyectado con el patrón y la hechura en el quehacer de una política cultural a la medida de la investidura presidencial: su sabionda ignorancia sensiblera que la porta a todas luces claroscuras desde Fox a Obrador con el Orozco en el país de las sombras espectrales, diciendo:
“Estamos ante un nuevo tipo de escultura pública”.
La del Estado-Obrador, tallad@ en bruto.
Rematándola Ochoa Sandy:
“La todavía titular de la secretaría de Cultura no aprovechó los espacios idóneos que tenía a su disposición: la infraestructura cultural estatal, las bibliotecas, las zonas y sitios arqueológicos, los museos, más los zócalos, plazas, jardines, y tantos más. La propia SEP desdeñó sus aulas. En este sexenio, y al respecto de este punto en concreto, lapalabreja “transversalidad”, confirmó ser lo que es: una gran simulación. La elemental colaboración institucional entre ambas secretarías para que, por el bien de todos, desde el nivel preescolar, se cultivara el aprecio por la cultura, involucrándose a los padres de familia, no les importó”.
A nombre de la Cultura, los hombres y las mujeres, en el arte de la secretaría de Cultura, no fue lo mismo La Luz de Mundo de Naasón que, por siempre, fue, es y será La Casa del Sol Naciente de José Agustín, cabrones-as, hij@s de La Chingada.