Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
De la cantidad a la calidad, la acumulación y la desposesión, son lo que somos en el mundo de gente que es el mundo de las sombras espectrales por vivir, sobrevivir, morir y desaparecer en el país de las sombras espectrales.
El capitalismo-consumismo de lujo y funeral, de vigilancia y digital con el WorldTrade Center, Afganistán e Irak en Medio Oriente.
La moneda de cambio con las caras de Occidente-Rusia y Ucrania y Oriente-Israel y Palestina, la proyección China-Taiwán.
El golpe de calor con el cambio climático, la sequía y la inundación, las moscas en las cuatro estaciones del no-Vivaldi, acaso en el caos y el ocaso con los huesos cardios, los corazones y las memorias.
Si hay algo y alguien que hagan falta o que sobren en la nada y en el nadie, el mundo de gente es nuestra presencia y ausencia entre la gente y los demás, los otros y nosotros.
En el tiempo y el espacio, ¿es posible otro mundo en el mismo y en el diferente mundo de gente que somos en el mundo?
¿La posibilidad ante la gravedad fue, es y será la sustentabilidad en la futurabilidad natural, humana y animal en lo inmediato, lo mediático, lo fáctico, lo real y lo virtual?
¿Otro mundo es posible cuando la posibilidad y la gravedad con la gente en el mundo de gente es más la gravedad mortal que la posibilidad vital?
Cuando los complejos industriales militares contra los complejos industriales humanos producen una emergencia, una urgencia y una insurgencia de la corrupción y la impunidad, de la violencia y la criminalidad antes, durante y después en el mundo del World Trade Center de la guerra fría a la guerra caliente con los corredores humaniutilitaristas que van de los campos de concentración a los campos de exterminio con los escombros materiales sobre los escombros humanos en la intervención dilatada de la ONU, en lo que Rusia, USA e Israel se posicionan-posesionan en los frentes de las batallas en la polarización y la confrontación de los campos en las batallas de la geopolítica militar en el Norte Global y el Sur Global de una reestructuración humaniutilitaria con el rompecabezas de los rompecuerpos y los rompevidas en el mundo de la gente y los demás, de los otros y nosotros.
De la medida limitación a la desmedida extralimitación, los Estados de Derecho y los Derechos Humanos en el mundo de gente que somos en los estados-nación, tienen más defectos que afectos para tratarlos con los efectos de lo “sobrehumanamente inhumano” en las treguas para seguir con la sed y el hambre, porque la vida es remedial de lujo y la muerte es mortal funeral.
La guerra fría-caliente, de la convencional a la nuclear, está en el centro de la posibilidad y en la periferia de la gravedad, centrífuga y centrípeta, oscilatoria y trepidatoria, holística, plástica y elástica, de la naturalidad a la artificialidad, la inteligencia, la sabiduría y la ignorancia con la belleza analfabeta funcional y digital como una influencer de dudosa identidad y pertenencia, nos diagnóstica una gran alegría depresiva en el carpe diem como en el horror vacui en el culo del mundo de la gente y los demás, de los otros y nosotros, porque siendo así, estamos en el interregno gramsciano del antes, durante y después de la segunda guerra mundial y a 79 años del fin sin final ocurrente y recurrente, “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”, para Slavoj Zizek: “El problema es qué nuevo mundo reemplazará al viejo. No es meramente un problema empírico, político, técnico, en el sentido de qué debe cambiar. Es una pregunta más fundamental, porque el capitalismo no es solamente una cuestión económica. El capitalismo es un modo de vida dirigido hacia la expansión constante, la autorreproducción expandida, el consumismo, etc.”
Reconstruir materialmente a Ucrania y a la Franja de Gaza con una reestructuración humana en el rompecabezas de los rompecuerpos y los rompevidas en los huesos cardios, los corazones y las memorias de los claroscuros y los monstruos en el mundo de las sombras espectrales como en el país de las sombras espectrales, Ucrania y la Franja de Gaza, no son iguales a México, porque a la gente, la muerte, le pela los dientes y las partes machas y hembras con el feminicidio en el tálamo del amor y en el túmulo del odio con el Estado-Obrador, el Covid 19 de los desconocidos, el Ejército y el Narcosicariato de los muertos y los desaparecidos, la anormalización es la transformación de la destrucción a la reconstrucción desde el piso de abajo como sótano y bodega, más arriba o más abajo, a ras de suelo, la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad, porque los trapos personales, los rastros íntimos y los mataderos públicos ensangrentados puestos y expuestos al sol siguen y seguirán como las camisas blancas, verdes y rojas colgadas de los tendederos patrios a los manteles matriarcales.
Estando el mundo de gente como estamos los demás, los otros y nosotros en el mundo, la banalidad del mal y la hipocresía del bien, de la filantropía humaniutilitarista al humanismo mexicano, la piel reventada por los huesos cardios, los corazones secos y la memoria enfosada, podemos todavía esperar que la “Esperanza sin optimismo”, que nos prescribe y nos escribe Terry Eagleton:
“Si la esperanza implica razón, ¿cómo hemos de entender el famoso eslogan político de Antonio Gramsci «Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad»? Esta máxima es una advertencia a la izquierda política para que no permita que una valoración lúcida de los problemas a los que se enfrenta debilite su resolución. Sin embargo, ¿es la disonancia cognitiva realmente la mejor política? ¿Es posible disociar tan fácilmente las dos facultades? Hasta cierto punto, sin duda se puede. Se podría considerar, por ejemplo, que las cosas van a salir bien aunque se espera que no sea así, que es más o menos lo contrario de lo que Gramsci recomienda. Sin duda, Gramsci entendía muy bien que, en general, la voluntad debe estar informada racionalmente para conducir a una acción constructiva. No obstante, si se lleva demasiado lejos, su principio corre el peligro de degenerar en voluntarismo o incluso aventurerismo”.
Algún izquierdoso de entre los derechosos, dijo: en Europa no se paró a la ultraderecha, porque en México sí paramos a la derecha, cuando lo que se hizo fue hacerle un paro para acomodarla junto a la izquierda en el congreso, a causa del transformismo con el voluntarismo y aventurismo del morenismo en el obradorismo del Estado-Obrador en la cerradura de la puerta por dentro 2028-2024 y en la abertura de la puerta por fuera 2024-2030 con el cuarto del siglo xxi en el país de las sombras espectrales, esperando que una imaginaria duda crítica sea una imaginaria certeza crítica, pues, los muertos, los feminicidios y los desaparecidos, no esperan.
Misiva Mínima/Sem Data:
A 25 años del siglo xxi, en el país de las sombras espectrales, la SCJN, los mercados, el superpeso y el crecimiento económico con el cambio climático, la autosuficiencia alimentaria con la canasta básica, los agricultores sembrando en el mar y los pescadores pescando en la tierra con las viejas y las nuevas tecnologías y energías fósiles y renovables, el cambio de paradigma con el estigma sin cambio, la continuidad de la 4T en la destrucción o en la reconstrucción del Estado-Obrador por el Estado-Yo Claudia-no claudicante y sí avante, el asomo de una señora tras una puerta metálica entreabierta en su casa de Tila, Chiapas, en lo que el magnánimo Marcelo traerá “empresas de alto valor” como la línea 12 del metro que les recompuso Mr. Carso-Slim a Ebrard y a Sheinbaum, porque el paradigma siempre fue, es y será el estigma del cambio inercial-presidencial de una aspiración frustrada a una aspiración lograda, a condición de que a 25 años del siglo xxi, 200 años son algo para alguien en 6 años, esperando con la esperanza sin optimismo, asomándose también Agripina por el vano de la puerta que alguna vez estuvo en su casa de Luvina.