Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
En una sociedad como la mexicana, medianamente mediocre y meritocrática, con gobernantes y gobernados (de y para) la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad de Fox a Obrador, en seis años del Estado-Obrador con la 4T y Morena, en “La crisis de los liberales”, Sabina Berman, consigna lo más bueno que lo más malo del Estado-Obrador 2018-2024, (de y para) todos los mexicanos, lo mismo y lo diferente lo hace Hernán Gómez Bruera en “¿Votar todo Morena?”
Desde la izquierda a la derecha, los liberales, los autoritarios y los conservadores somos los mismos de antes con los diferentes de ahora, porque No Somos Iguales, polarizados y confrontados política, económica, social y cultural (de y para) la historia patria y el basurero histórico en el país de las sombras espectrales.
Se debata o no la situación, la condición y la posición en la estúpida y la imbécil conversación de la res pública en la plaza corrompida y calentada por la corrupción y el narcosicariato bajo las tormentas de mierda, de lodo, y, de sangre, los mexicanos Vamos Bien a través de la procesión funeral y el proceso electoral que siempre es histórico y es una fiesta de la democracia, siempre incipiente e inacabada, casi, nonata, la malparida e hija de La Chingada.
En el no somos nadie, con todo respeto, nadie puede estar por encima de la Ley, sea el denostado y el insultado, el humillado y el descalificado, el ejecutado y el decapitado, el amontonado y el enfosado, porque todos los demás, los otros y nosotros no somos la gente-gente con el color rosa o sin el color rojo, con o sin bandera, con o sin zócalo, sin victimizar y sin criminalizar, lamentablemente, los muertos, los desconocidos, los feminicidios y los desaparecidos siguen vivos y sobrevivientes, cuando la “CNTE y la Marea Rosa pelean a empujones y golpes cada centímetro del Zócalo” y las ejecuciones contra los candidatos son las crónicas funerales y electorales (de y en) la necrodemocracia que antes, durante y después del proceso electoral seguirá la procesión funeral.
Darle vueltas a la noria cuando el estiaje y la sequía en las secas como en la inundación en las aguas son la redundancia de lo vacío y lo lleno más en el colmo de la necedad y la cantidad que en el culmen de la necesidad y la calidad, la vida está expuesta a la polarización y a la confrontación con las fuerzas vivas en las fuerzas muertas, y si el Estado-Obrador quiere pruebas, ¿para qué, entonces, las mañaneras?
El pensamiento único obradorciano que no es mágico porque es liberal, autoritario y conservador (de y para) la 4T, tiene la posibilidad de la sucesión presidencial y la gravedad de la seguridad nacional desde el palacio al zócalo en el país de las sombras espectrales, siéndonos y haciéndonos lo que somos la gente y los demás, los otros y nosotros: “las ganas de ganar” con la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad, han sido l@smism@s de antes con los diferentes de ahora y quien llegue con el continuum sexenal del 2000 al 2030 con los vivos y los sobrevivientes, los muertos y los desconocidos, los feminicidios y los desaparecidos, la investidura y la réplica presidencial, metálica y sangrienta, en el Estado-Obrador que se transforma en “La crisis de los liberales”: “¿Votar todo Morena?”, ha sido y es refractario y lamentablemente contradictorio(de y en) sí mismo con el poder, a todo modo, liberal, autoritario y conservador, la transformación pueda que sea más una transferencia como los dineros, en trámite, de la procesión funeral al proceso electoral para que la posibilidad y la gravedad sean, el fin sin final, en la posición contra la oposición intervenidas por las reverencias y las referencias al Estado-Obrador, satisfactorio a medias con la mediocridad, operacional e irracionalmente tóxico ética y moralmente con la politiquería en las mañaneras como en las adormideras.
A pregunta del Estado-Obrador, ¿Cuál es su democracia?, Karolina Gilas, le responde: “Se trata de una propuesta de la democracia populista que pretende hablar por “el pueblo” y estar al servicio “del pueblo”. La categoría se define, en estos contextos, de manera acotada, considerando como sus integrantes a quienes apoyan al proyecto político y dejando fuera a quienes se le oponen o lo cuestionan”.
Y la continuidad, en el segundo piso, de la 4T, será más de lo mismo y de lo diferente, toda vez que en el poder, a todo modo, es lo que ha sido en el propio pasado-presente en el Estado-Obrador, pasando Gilas de la respuesta a la superficialidad en la obra-obradorciana de la transformación con la revolución de las conciencias y el humanismo mexicano, va lo que va:
“La pregunta de qué constituye una verdadera democracia es más pertinente que nunca. Los ejercicios y las propuestas de construcción de las democracias iliberales desafían el modelo democrático liberal tradicional, pero también nos invitan a reconsiderar nuestra comprensión de la democracia. La experiencia mexicana, evidenciada por la pregunta de López Obrador, refleja la reevaluación más amplia de los ideales democráticos. Es crucial participar en este diálogo, reconociendo la naturaleza polifacética de la democracia, para asegurar que el sistema evolucione de manera que respete tanto la voluntad de la mayoría como a las minorías y a los derechos de los individuos. Necesitamos recordar que la democracia, en cualquiera de sus formas, tiene que encarnar los principios de libertad, igualdad y justicia para todos y tiene que contar con los mecanismos institucionales que mantengan firmes los límites al poder. Eliminar cualquiera de estos elementos —los procedimentales o los ideales que debe perseguir y proteger— no implica deconstruir o reconstruir la democracia, sino destruirla”.
Y después de la destrucción con la transformación, ¿la continuidad de la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad en el país de las sombras espectrales?