Por Nino Gallegos, para APIAvirtual.
Ha sido demasiado no cansarse como para seguir escribiendo desde una jubilación dinámica y llegar al final de lo que sigue en la lectura de una vida plenamente vacía, no corrigiéndola por nada, nadie y alguien que se niega a morir mientras vive en el país de las sombras espectrales.
Así las palabras y las cosas, como al final y sobre la arena de una playa, un rostro dibujado, borrado por el mar, desde el maelstrom al tsunami y al marasmo natural-forestal por lo humano, dejando un tiradero tierra adentro en lo que mar adentro, naufragar es preciso, y en una habitación de hotel un hombre y una mujer se penetran con las manos a los cuellos para sentir el ahogamiento en un orgasmo, al desnudo, mortal.
“Por eso Occidente se está convirtiendo cada vez más, ante los ojos del mundo entero, en el imperio de la mentira. El imperio del doble rasero permanente y de los pseudovalores, ajustables en función de los intereses norteamericanos”, es lo que Michel Geoffroy argumenta, siempre y cuando,si hay un lugar para la verdad, la verdad está en otra parte, aunque no en la pos(t)verdad, porque así como se dice en la simulación, se hace en el simulacro, viéndola caminar con las muletas de la ética, acompañándola la autoridad política y moral, sea con la vejez democrática de Biden o la republicana de Trump, la característica de la Democrazy-Made in USA, está en la Padres de la Nación con los hijos y los nietos de madres negras esclavizadas y mujeres blancas liberadas antes, durante y después de la Guerra Fría.
Lo que se sabe y se conoce de la Verdad norteamericana, no está en América First y sí en Europa, la torre Eiffel en París y la estatua de la Libertad en New York, la cultura infantil en Disneyland y la cultura juvenil y adulta en Hollywood, al este del Edén con el rebelde sin causa de James Dean, superado por el sobreactuado de Johnny Deep con la alerta Amber(t).
Leer la América de Jean Braudillard, es la belleza artificial en la inteligencia artificial de la verdad artificial en Silicon Valley: el MetaVerso, sin poetas, Patty Smith no es Taylor Swift, porque la vaciedad de la espectacularidad es la plenitud del consumismo, no pudiendo escuchar eléctricamente Thewind in thetrees con Joe Satriani para recordar cuando Thewindcries Marya Jimi Hendrix.
Si la Operación Gladio en Europa, los papeles del Pentágono y Watergate con Octupus en USA, fueron en los años 60 y 70 acciones de verdades y maquinaciones de mentiras del estado profundo norteamericano como el complejo industrial militar que es ante el complejo industrial humano desde el mundo de arriba a través del cielo en medio sobre la tierra de abajo, más que una película es una sola scriptura existencial y testimonial de lo humano y lo infrahumano en el pos(t)humus-humano.
Antes, durante y después del humo, las cortinas de humo, y donde hay humo, hay fuego, no deseando el fuego nuclear, aunque el fuego de Prometeo ha sido usado para el bien y desechado para el mal del uranio empobrecido entre el mundo de arriba, el cielo de en medio y la tierra de abajo con Biden-Trump, Putin y Jinping.
Si hay ciertas cosas que pasan, a mí se me pasan las cosas por inciertas, pues de la niñez a la adultez, las cosas que atesoré, se me han venido perdiendo con las mudanzas de la orfandad humana a la soledad existencial, cargándome con la literatura y la música, ropa de vestir y zapatos de calzar, cada vez más ligero para vivir y cada vez más pesado para morir, no teniendo que cargar con alguien y con nadie nada entre la imaginación y la apofenia-separación que uno se carga física y mentalmente, real y virtualmente; en medio de la orfandad y la soledad, la existencia es real y es imaginaria, mas no es virtual, es crítica porque se adentra y se afuera en los huesos cardios, el corazón y la memoria.
El acto y el hecho (de y en) cualquier cosa es lo fáctico del poder político tanto en lo humano como en lo ideológico, tratándose del ser humano en lo particular como en lo universal de la condición humana, lo “sobrehumanamente inhumano” es lo que se ha asentado y acentuado en los 25 años del siglo xxi con el poder, a todo modo, en el capitalismo-consumismo de lujo y funeral, de vigilancia y digital del complejo industrial militar hacia el complejo industrial humano, se puede saber de qué son capaces USA, Rusia y China como conocer de que han sido capaces Putin y Netanyahu, porque no se trata de la pos(t)verdad y las falsas noticias, sino-sinónimamente saber cuándo se conoce la verdad sobrehumanamente inhumana, porque la información-comunicación se verifica temprano o hasta demasiado tarde, lo que para quien esto escribe ha sido demasiado no cansarse para seguir en lo que se está real e imaginariamente, más en la vida/esta que en la vida/otra, a condición de que algo a alguien no le importe nada de nadie, porque no se está leyendo un cuento de terror de Howard Phillips Lovecraft desde el pensamiento filosófico del horror vacui que escribe y advierte Lovecraft:
“Creo que lo más misericordioso del mundo es la incapacidad de la mente humana para correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros del infinito, y no estaba previsto que debiéramos viajar muy lejos. Las ciencias, cada una de las cuales se esfuerza en su propia dirección, hasta ahora nos han hecho poco daño; pero algún día, la unión del conocimiento disociado abrirá perspectivas tan aterradoras de la realidad y de nuestra espantosa posición en ella, que o nos volveremos locos por la revelación o huiremos de la luz mortal hacia la paz y la seguridad de una nueva era oscura”.
Como para contemplarla luminosa, lumínica y luminiscente en la pantalla de las sombras espectrales que se proyectan en un país como México, porque en el dicho que la mejor política exterior es la interior, estamos perversamente entrampados en los demasiados excesos de la corrupción y la impunidad, de la violencia y la criminalidad porque los hombres y las mujeres estamos más ocupados que preocupados en sernos y en hacernos demasiado daño para desearnos y poseernos en la voraginación, en la invaginación y en la regurgitación de nosotr@smism@s, fingiendo orgasmos y realizarnos en eyaculaciones masturbatorias en habitaciones oscuras donde el único atisbo de luz es la luz virtual y digital ante una ventana abierta de alguien que es el nadie y la nada, cuando Sartre desea y posee El Ser y La Nada en:
“La pasión puede poner los mismos fines. Puede, por ejemplo, ante una amenaza, huir a todo correr, por miedo de morir. Este hecho pasional no deja de poner implícitamente como fin supremo el valor de la vida”.
He aquí el huir de la luz mortal de Lovecraft en el huir corriendo de Sartre, corriendo el riesgo de ser atropellado por alcance de la luz mortal al final del túnel de la vida y de la muerte.
En el reencuentro de Munsterlingen y Baumgartner, habiéndose encontrado antes del atentado del 11 de septiembre en Trieste, el siglo xxi con los años y los días habían pasado de una adultez vigorosa a una vejez enfermiza, no faltando los wiskies y los cigarros, aunque los tragos eran más frecuentes y borrachos en Hemingway y Bukowsky, Munsterlingen admiraba a ItaloSvevo y Baumgartner a James Joyce, y por eso el encuentro en Trieste, en el CaffèPasticceria Stella Polare por la Via Dante, evitando serse y hacerse más personajes que personas en una guía turística de Trieste, el reencuentro fue en Coscomate: un desarrollo ecoturístico, rústico y rural, en un claro de bosque de pinos y encinos, rentando y ocupando una cabaña familiar en algún lugar de la sierra Madre Occidental mexicana.
A Munsterlingen y Baumgartner, hombres de pensamiento, y no, de acción, les perturbó el atentado en el Crocus de Moscú como les preocupó lo del atentado en el WorldTrade Center en New York, y por más atentos que hayan estado a través de los años 2000/2024, los actos y hechos habían y están generados desde los pensamientos y las palabras del terror en el mundo de las sombras espectrales.