Por Demetrio E. Brisset
Fuentes: //vientosur.info
Al cumplirse 50 años de la icónica revolución de los claveles, volvió a la actualidad este suceso que tanta euforia levantó entre los portugueses y tantas esperanzas entre los antifranquistas al ver cómo un pétreo régimen represivo podía desmoronarse y ser sustituido por una sociedad libre, igualitaria y socialista. El autor de este artículo, como periodista durante meses recorrió Portugal en 1974-75 y compartió la alegría popular, los avances de una revolución que desbordaba a sus gestantes y gestores militares; y la oscura trama reaccionara que aliaría oligarcas, terratenientes, obispos, generales salazaristas y retornados coloniales, bajo la batuta de una CIA volcada en seguir controlando un país fundador de la OTAN en 1949. Y terminarían sofocando una ejemplar revolución popular.
El MFA deriva al socialismo
Es sabido que el 25 de abril 1974 triunfó la sublevación de un centenar de capitanes nacionalistas organizados de modo asambleario como MFA (Movimiento de las Fuerzas Armadas) regido por la democracia directa, con el objetivo de “devolver el poder al pueblo”, descolonizar y desarrollar el país. Tras el vertiginoso éxito de su bien planificado golpe de estado, tuvieron que dedicarse a gobernar. Cada unidad militar celebraba asambleas donde participaban oficiales y tropa. Los delegados elegidos al 50% entre ambas clases asistían a las asambleas de entidades superiores, hasta desembocar en la Asamblea General del MFA, que buscaba el consenso para designar su dirección en la Junta de Salvación Nacional, encargada de nombrar los Gobiernos Provisionales. En aras de la conciliación con los altos mandos castrenses, nombraron Presidente del Estado al derechista Gral. Spinola, y un primer Gobierno Provisional moderado convocó elecciones por sufragio universal y directo para una Asamblea Constituyente. Dadas sus diversas ideologías, surgían discrepancias para adoptar medidas que así se ralentizaban.
Ese 1º de mayo una multitud acude a liberar a los presos políticos, comienzan a regresar los exiliados y se amnistía a los desertores. Conseguida la libertad, se extienden huelgas y ocupaciones, para disgusto del Gral. Spinola, quien se reúne en junio con un alarmado presidente Nixon en la base OTAN de las Azores. A partir de entonces el poderoso secretario de Estado Henry Kissinger asume el control de las operaciones encubiertas de la CIA en Portugal, para evitar que cayese en la órbita soviética…[1]
De hecho, la calle presionaba para avanzar en los cambios que cubriesen las carencias sociales, mediante luchas en barriadas y centros laborales. Para complicarlo, el contexto mundial era desfavorable: crisis del petróleo y materias primas, desempleo en los países industriales europeos con el cierre de fronteras a los emigrantes. Consecuencias nefastas para Portugal: 300.000 parados, a los que se unieron 400.000 descontentos repatriados de las colonias tras diez años de combates que habían ocasionado 30.000 mutilados. En 1974 las dos fuentes de ingresos para cubrir el déficit de la balanza comercial descendieron en picado: los giros de los emigrantes en casi la mitad y el turismo en un tercio; el único alivio era la llegada del petróleo de Angola.
Hacia la democracia popular
Desde mediados de 1974 por todo Portugal brotaron espontáneas acciones reclamando el derecho al uso colectivo de las propiedades abandonadas. Las Comisiones de Moradores (o Vecinos) y las de Trabajadores, fueron patrocinadas por el propio MFA como fórmula al margen de los partidos políticos para la creación de la democracia popular, siendo casi ignoradas por los medios de comunicación extranjeros.
En julio de 1974 el Coronel Vasco Gonçalves (considerado marxista al margen del Partido Comunista) es nombrado Primer Ministro del segundo Gobierno Provisional, constituido por los recién creados PS y PPD (centro-derecha), PCP e independientes. Ante la masiva demanda de mejoras sociales, se aprueba el subsidio vacacional y la subida del salario mínimo, se sientan las bases de la Reforma Agraria y aumenta la autogestión obrera de empresas. En palabras de Vasco Gonçalves fue la dinámica popular la que impuso a los progresistas como corriente dominante dentro del MFA
Porque, sin esa movilización de la clase obrera, los trabajadores, los demócratas, nunca hubiéramos tenido fuerza al ser pocos, pero teníamos un fuerte apoyo de base popular, toda esa ebullición en las empresas, en las fábricas, en las calles, en las escuelas. Y también en las Fuerzas Armadas, en los cuarteles, entre los soldados…[2].
Ese verano se desarrollan campañas de alfabetización y medicina preventiva (centrada en el cólera) en las que más de 10.000 estudiantes y obreros invirtieron sus vacaciones, junto con la multiplicación de colectivos de animación cultural, en línea similar a las misiones pedagógicas de la II República española, destacando los grupos de teatro independientes para captar nuevos espectadores con obras reivindicativas.
Ejemplos de acciones directas
Durante meses de trabajo informativo entre junio 1974 y diciembre 1975, recogimos muchos testimonios que ahora se extractan:
Primer caso: la Comisión de Moradores de Torre (en Cascais), donde hay una casa lujosa de tres pisos, propiedad de un fascista que había huido a Brasil. En una asamblea de los vecinos se propuso ocuparla para su uso como guardería infantil y escuela para los 400 niños de primaria del pueblo, que no tenían local. “¿Alguien está contra la ocupación? y al grito unánime de ¡No! La gente se dirigió a la casa y la tomó.” Una mujer de 42 años exclamó al entrar: “Mira lo que hacía este bandido con nuestro sudor. A mí ya no me hace falta, mis hijos ya están criados, pero mis nietos podrán venir aquí, a la escuela.”
En el Paço de Lumiar, cerca de Lisboa, la Comisión de Moradores secuestró un autobús de la compañía de transportes lisboeta y lo mantuvo como rehén:
Hacía tiempo que iniciamos las gestiones con la compañía para que prolongasen una línea hasta este barrio. Aquí somos muchos los que para ir a trabajar, al mercado o a la escuela tenemos que caminar tres kilómetros para llegar al autobús. Pero la burocracia no nos respondió y decidimos entre todos ir una noche a la última parada de los autobuses, con pancartas, entrar en uno de ellos, pagar el billete y decirle al conductor que siguiese hasta nuestro barrio. Pusimos un letrero que indicaba el nuevo recorrido, y el ambiente que se creó fue de auténtica fiesta popular. Tanto el conductor como el cobrador comprendieron nuestras razones y colaboraron en el secuestro. El autobús permanecerá en nuestro poder hasta que la empresa nos solucione el problema. Informamos al COPCON (Comando Operativo del Continente, brazo defensivo del MFA al mando del coronel Otelo Saraiva) de nuestro propósito y les pareció bien.
En el sector hotelero muchos hoteles fueron autogestionados:
Los trabajadores controlan y administran sus establecimientos. Pero no existe todavía la motivación política necesaria para reinvertir en términos político-sociales la infraestructura hotelera. Los hoteles continúan reservados a una élite de la población, los precios no han variado. Hay un desfase vivido por los trabajadores que no pueden ir a los hoteles ocupados por sus camaradas. Mientras la combatividad de los trabajadores no se canalice por la vía de la reconversión socialista…Lo mismo se podría decir de las fábricas que producen automóviles caros, o las de objetos superfluos.
En la misma Lisboa, las y los trabajadores de una sala de fiestas cuya actividad primordial era el striptease decidieron ocuparla porque no se les satisfacían sus demandas de mejores condiciones de trabajo. Al querer organizar el cabaret en autogestión se toparon con problemas políticos, sociales y culturales: “¿Vamos a seguir haciendo funcionar igual este instrumento de alienación sexual?»
En Couço al sur del río Tajo, un campesino nos contó:
Ocupamos estas tierras porque no se aprovechaban y no rendían lo suficiente; ahora nosotros vamos a obtener mayor rendimiento, trabajando más y produciendo más. La iniciativa partió de la población de aquí, donde trabajábamos 2.500 jornaleros agrícolas. Nos hemos distribuido varios latifundios y pensamos organizarnos en pequeñas cooperativas, que se irán ayudando mutuamente en material agrícola y a nivel humano.
En la costa del centro del país, un suboficial y un soldado viajaban en coche junto con tres militantes del izquierdista LUAR, armados en misión de patrulla para evitar el desembarco clandestino de armas para la reacción. Al ser informados que en un cuartel cercano sucedía algo raro, se dirigieron hacia allí, y al entrar fueron detenidos por el oficial de guardia. Hubo presiones por parte de ciertos oficiales para juzgarlos, y por la tropa para soltarlos. Al día siguiente fueron liberados.
Trabajadores de varias cadenas de supermercados decidieron apoyar a los pequeños y medianos productores, especialmente los que trabajasen bajo la fórmula de cooperativa de producción, para comprarles directamente sus productos, y eliminar así el encarecimiento por los intermediarios.
Por otro lado, las mujeres seguían marginadas de la política: en una Asamblea de Moradores de una aldea del Algarve, un periodista preguntó a las mujeres por qué no intervenían en la discusión. Una respondió: “Lo que nosotras sabemos ellos también lo saben y lo explican mejor. Están más dentro de los asuntos.”
Órganos del Poder Popular
La Asamblea del MFA aprobó el 7 de julio de 1975 el Documento-Guía o proyecto de alianza Pueblo-MFA que institucionalizaba los órganos del Poder Popular. Los Consejos Revolucionarios eran la organización adoptada por los trabajadores en sus centros laborales, en los barrios y en los cuarteles, con vistas a tomar y ejercer el poder político y económico para llegar al socialismo. «Son organismos autónomos y apartidarios, elegidos en asambleas generales democráticas, pudiendo los delegados ser destituidos en cualquier momento por quienes les eligieron. Completarán con las comisiones locales las Asambleas Populares. De ellas se pasará a las regionales y de éstas a la nacional, que tendrá el poder real en la siguiente fase del proceso revolucionario. A partir de la institucionalización de estos consejos es cuando se aterra la burguesía civil y militar» (nos dice Isabel do Carmo, del PRP-BR), y se inician las crisis que abocarían a la derrota de los militares revolucionarios. Papel crucial fue el apoyo de la CIA al sector moderado anti-comunista del MFA, a un Partido Socialista conformista y a la extrema derecha.
En ese verano caliente de 1975 estalló la guerra de los documentos, plataformas teóricas que intentaban ganarse al pueblo. Los moderados del MFA el 7 de agosto presentaron su Documento de los Nueve, crítico con «las maniobras del PCP para tomar el poder en contra de la voluntad electoral», denunciando los “excesos anarco-populistas” y proponiendo consolidar la disciplina y la productividad. Pronto se les adhirió gran parte de la oficialidad, el PS, PPD, CDS e incluso el maoísta PCP (m-l) para quien el PCP era el gran enemigo.
Frente a esta alianza cimentada por la CIA, los oficiales revolucionarios de la región de Lisboa con ayuda del guevarista PRP-BR, el 12 de agosto publicaron su Documento del COPCON, que también critica a un sectario PCP por sus maniobras para dirigir la mecánica estatal, pero con otros argumentos distintos de los Nueve, a quienes acusa de frenar el proceso proponiendo una vía socialdemócrata que desembocaría en un nuevo golpe derechista; luego plantean una salida revolucionaria a la crisis, intensificando las conquistas populares y la formación de Comisiones y Asambleas autónomas y apartidarias: o sea, el Poder Popular. Complemento a este documento teórico fue la constitución del FUR (Frente Unitario Revolucionario) como plataforma común de los grupos que pedían la aplicación inmediata del Documento del COPCON, demostrando la urgencia con que las fuerzas progresistas enfocaban cl problema de la unidad.
Congreso de los Consejos Revolucionarios
A mediados de agosto se celebró en Lisboa el I Congreso de los CR de Trabajadores, Soldados y Marineros. Asistieron delegados de una veintena de unidades militares y una cincuentena de empresas donde ya funcionaban (entre ellas los astilleros Lisnave y Setenave, Standard Eléctrica, Radio Renascença). Allí se trató de su coordinación, de las modalidades de elección que exigen responsabilidad por tratarse de órganos de poder político, de cómo evitar que ningún partido se los apropie, de sus relaciones con las comisiones sindicales en una dialéctica de independencia y colaboración y de la necesidad de extender el control obrero a la planificación nacional. También se elaboró un programa para un gobierno revolucionario de transición más radical que el del Documento del COPCON que, entre otras medidas sobre el desempleo, la agricultura y la pesca; plantea sustituir la estructura de distribución y comercialización por otra directa del productor al consumidor.
Las anteriores citas son de una entrevista personal a Isabel Do Carmo fundadora y portavoz del PRP-BR en Lisboa, en agosto de 1975. Las Brigadas Revolucionarias se fundaron en 1970 por unos militantes expulsados del PCP:
Nos propusimos despertar la iniciativa revolucionaria de la población con acciones armadas elegidas políticamente. Así, efectuamos sabotajes en instalaciones militares tanto en Portugal (incluso en una base de la OTAN) como en las colonias, con especial atención en no causar víctimas. El éxito espectacular de nuestros golpes, así como que nunca pudiese la PIDE capturar a nadie, nos ha granjeado la simpatía de muchos de los militares del MFA. Desde fines de 1973, que constituimos el PRP (Partido Revolucionario del Proletariado), nos dedicamos a recoger información, análisis y elaboración de tácticas. Ahora nuestra principal arma es la lucha ideológica, aunque no hemos descuidado preparar milicias armadas.
Las potencias occidentales amenazaron con suprimir todos los créditos e inversiones ya programadas y vitales para Portugal, supeditando su ayuda a la constitución de un gobierno de su agrado. Estas presiones coincidieron con una ola de sabotajes e incendios tanto en los bosques como en fábricas, almacenes y graneros, a cargo de los terroristas de extrema derecha.
En noviembre de 1975 fue derrotado el sector revolucionario del MFA por un golpe camuflado como respuesta a una supuesta intentona izquierdista.
Demetrio E. Brisset es catedrático emérito de Comunicación de la Universidad de Málaga
Notas
[1] La intervención de la CIA en Portugal según documentos desclasificados en Archivos de la Transición: Portugal).
[2] Declaraciones del primer ministro V. Gonçalves en “Vasco Gonçalves: un general en la revolución”, (libro-entrevista de María M. Cruceiro, 2002).