Por Nino Gallegos, para APIAvirtual
Sabina-que-sabe, pregunta: “¿Quién dispone de 400 millones de dólares para tiznar al Presidente y a la candidata de la Izquierda? Queda la pregunta para el lector, la lectora”.
Si se pone a Sabina entre el Buen Abad de Fernando y el Astillero del Julio, la pregunta quedaría resuelta con la respuesta entre los tres, a diferencia de que el-la lector(a) si es que siguen a los tres es posible que tengan las mismas y las diferentes respuestas, más en la minoría que en la mayoría de la cantidad desinformativa a la calidad informativa desde el poder, a todo modo, del Estado-Obrador a los medios y a las redes sociales, Sabina-sabe que son más de los 400 millones de dólares que hay para tiznar y destiznar al Presidente entre los liberales autoritarios y conservadores de la izquierda-derecha en la inversión-perversión para llegar al proceso electoral con la procesión funeral, a sabiendas de que la sabia-Sabina-sabe que el juego sucio político en el país de las sombras espectrales fue y es en las campañas sucias proselitistas cargadas con la inversión-perversión de las fuerzas vivas a las redes sociales y la spot-estupidización, de los empresarios a los narcos, y que eso de la guerra de la desinformación mediática es más real-virtual que real social y que la campaña sucia política de antes es ahora la guerra sucia narca con dólares en inversión y muertos en perversión, pero como Sabina-sabe que ella es la sarcástica-satírica-cínica, su largo aliento, desde luego, nomás le alcanza para los vivos de su lado izquierdo, porque del lado derecho, lamentablemente, están los muertos, los feminicidios y los desaparecidos que, ni para qué el Estado de Derecho, los Derechos Humanos y la Justicia Transicional en el Estado-Obrador: Sabina-sabe que Claudia sabe que las mujeres, la mayoría, nos están con ellas, porque no son sus caras de yeguas, de sus gueyas ni de sus pendejas en la continuidad de la 4Teatralesca.
De la intencionalidad a la respuesta, la pretendida guerra contra la desinformación, es también la acumulación de la mentira y la desposesión de la verdad contra la guerra a la desinformación, puesto que expuestas las tres campañas políticas, la corrupción y la impunidad, la violencia y la criminalidad marchan en la procesión funeral hacia el proceso electoral, ¿siendo y haciendo qué el Estado-Obrador como el Gran Elector en la Elección de Estado con el INE y la Seguridad Nacional en la transparencia de las urnas funerales sobre las urnas electorales?
Cuando Sabina le salta y le asalta la genialidad de la comunicadora-conductora-comunicativa que escribe-redacta satírica, sarcástica y cínica, la semiótica del Buen Abad y el Astillero de Julio, la deben leer y entender como una partidaria en la guerra contra la desinformación, porque las tormentas de mierda, lodo y sangre son lo que Chul Han observa en la “Infocracia”:
“Antes de que un proceso de verificación se ponga en marcha, ya ha tenido todo su efecto. La información corre más que la verdad, y no puede ser alcanzada por esta. El intento de combatir la infodemia con la verdad está, pues, condenado al fracaso. Es resistente a la verdad”.
Si la sabia de la Sabina-que-sabe y que no conoce a la Agripina, la de qué país es este, se sigue con lo de la guerra contra la desinformación, se encuentra ante un berenjenal de más mentiras en cantidad que de más verdades en calidad, siendo y haciendo más que los 400 millones de dólares que los liberales autoritarios y conservadores de izquierda y derecha se están gastando a más no y sí poder, a todo modo, a nombre de la prostibularia democracia desde la o-posición del Estado-Obrador a la oposición en que las matronas candidatas y el procaz candidato son un trío que tocan y cantan mal las rancheras porque los narcos se las componen pagando con plata y matando con plomo por los demás corridos que son los otros candidatos no socorridos, acompañándolos entre abrazos y balazos, no llegando al proceso electoral porque se les está atravesando una procesión funeral, de la que la resabia Sabina solamente echa mano de haber-a ver de qué cueros le salen más arrugas desde su posición de vaca-sagrada echada en el largo aliento de su rumiante escenario teatral.