Por Antonio Medina Trejo
“El amor que se profesan las personas homosexuales es tan auténtico como el de cualquier otra persona”, comentó el obispo anglicano de Uganda, Christopher Senyonjo, quien llegó a la ciudad de México para participar como ponente en el DHFest a principios de octubre, cuando se presentó la película “God Loves Uganda”, un documental en el que participó el clérigo y en el cual se relata el fanatismo religioso que se expande por su país y varias naciones africanas, donde crece la hostilidad contra los homosexuales.
En entrevista, en el marco de la inauguración de la sétima versión del DHFest el pasado mes de octubre, explicó que “en el mundo hay muchas personas que se sienten rechazadas debido a los prejuicios de los guías espirituales de sus iglesias”, por lo que criticó que sean los líderes religiosos quienes “engendren el odio entre las personas”, cuando su función es precisamente la contraria. Los guías espirituales, agregó, “no podemos confundir a la gente con pensamientos homofóbicos”.
A pregunta expresa sobre su opinión de las declaraciones del obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, quien considera que si se permiten las bodas entre homosexuales, “…mañana van a permitir que un señor se case con un perro y puedan heredar a los perritos”, Senyonjo explicó que ese pensamiento “es producto de la ignorancia sobre la sexualidad humana y los prejuicios que resultan de ella”.
El obispo de 82 años, que fue retirado de sus funciones en 2006 por apoyar a las personas homosexuales en parroquia, lleva más de una década defendiendo los derechos de la población lésbica, gay, bisexual y transexual de su país, en donde las leyes que criminalizan las relaciones homosexuales han llegado al punto de la cadena perpetua, el castigo corporal en público y la exhibición de más de 200 nombres de supuestos homosexuales en periódicos.
A inicios de 2014 el presidente Yoweri Museveni decretó la pena de muerte para quienes cometieran actos homosexuales. En agosto el Tribunal Constitucional derogó la llamada Ley contra el homosexualismo. Esa persecución desde el Estado ha provocado que “muchos homosexuales desperdicien sus talentos por la depresión, al ser sometidos a juicios o han tenido que vivir en la oscuridad, lo que les ha llevado en algunos casos a irse de Uganda para pedir refugio político en otros países, y en casos extremos, ya no lo han contado: se han suicidado”, explicó Senyonjo.
Antes del año 2009 la homosexualidad era tolerada en Uganda, pero con la proliferación de iglesias evangélicas de extrema derecha, provenientes de Estados Unidos, comenzó “un fervor anti-gay influenciado por grupos religiosos totalmente intolerantes que han llegado a perpetrar crímenes de odio contra este grupo social sin que se ejerza justicia para los victimarios”, relató Christopher Senyonjo.
Como mensaje para todo líder religioso o político que tenga prejuicios homofóbicos, dijo convencido: “Los homosexuales también han sido creados a la imagen y semejanza de Dios”, y lo mejor que deben hacer quienes tienen la responsabilidad espiritual o política, “es ser compasivos, respetuosos y apoyar a quienes se aman, sin distinciones”.
El purpurado, que lleva más de 40 años ejerciendo el sacerdocio, ha sido condicionado por su iglesia de volver al magisterio hasta que se retracte de apoyar a las personas homosexuales. En tanto la presión de medios ultraconservadores de su país lo ha catalogado como “obispo pro-gay”. Sin hacer caso a la presión de la jerarquía, Christopher Senyonjo, que lleva 50 años de matrimonio con su esposa y tiene 10 hijos con ella, ha continuado su trabajo pastoral en comunidades donde sabe que lo necesitan.
“La sexualidad humana es un don de Dios. Los homosexuales sólo expresan su sentir y su amor porque así son. La gente debe ser compasiva con las personas homosexuales y no juzgarlas por sus afectos… los homosexuales también son hijos de Dios”, finalizó.